viernes, 1 de septiembre de 2023

Guía de lectura de "La casa de Bernarda Alba"

1.                   BREVE BIOGRAFÍA DE FEDERICO GARCÍA LORCA  

 



Federico García Lorca es, en la actualidad, uno de los autores españoles más leídos y apreciados de todos los tiempos y una personalidad tan señalada e inspiradora que sobre él se sigue debatiendo, leyendo, escribiendo, haciendo series, obras teatrales y películas. Décadas después de su espantoso asesinato que buscó silenciarlo, su figura no ha dejado de crecer y sigue ejerciendo una enorme fascinación en todas partes del mundo.

Nació en 1898, en Fuentevaqueros, un pueblo de Granada. Estudió Filosofía, Letras y Derecho y se trasladó a Madrid para vivir en la Residencia de Estudiantes, donde se hizo íntimo de un grupo de artistas e intelectuales con los que se terminaría configurando la Generación del 27: los pintores Salvador Dalí y Maruja Mallo, el director de cine Luis Buñuel o los escritores Rafael Alberti, Mª Teresa León, Vicente Aleixandre, etc. 

Desde niño fue muy curioso y creativo. Dibujaba tan bien que ilustró él mismo algunos de sus libros y la escenografía de sus obras de teatro y tocaba maravillosamente el piano. Incluso compuso célebres temas musicales ("La Tarara", "De los cuatro muleros"...).
                                                              De los cuatro muleros
                                                               De los cuatro muleros
                                                               De los cuatro muleros
                                                               Mamita mía
                                                               Que van a al campo
                                                               Que van al campo...

Lleva mi Tarara
Un vestido verde                                 
Lleno de volantes
Y de cascabeles
Ay, Tarara, sí, ay, Tarara, no
Ay, Tarara, niña de mi corazón

 Su afición por la música y por las tradiciones andaluzas lo llevó a impulsar el primer concurso de cante flamenco de la historia.

Pronto, ganó reputación como poeta dentro y fuera de nuestras fronteras y sus obras teatrales se estrenaron en diversos países con gran éxito de crítica y público. Viajó por muchos países: EEUU, Cuba, México, Argentina..., ya convertido en un autor célebre al que reclamaban para dar conferencias, asistir a sus estrenos y debatir sobre su obra.

Federico García Lorca tenía un alma empática y sensible, que vivía las desigualdades sociales como si fueran un dolor propio. Siempre se situó del lado de los más débiles y vulnerables y creyó firmemente que la educación y la cultura de las clases más populares eran fundamentales para sacar a España de su atraso y construir una sociedad más justa para tod@s. 

Cuando se proclama la República, entusiasmado con lo que cree que será una oportunidad histórica para construir un país mejor, vuelve a España y funda La Barraca, una compañía de teatro con la que recorrió los pueblos más pobres y aislados de nuestra geografía llevando espectáculos teatrales de los Siglos de Oro a lugares en los que nadie había tenido nunca la oportunidad de asistir a una obra teatral. Vestido con un mono azul de obrero, puso toda su ilusión y su esfuerzo al servicio del pueblo, algo que terminaría forjando la fama de "poeta rojo" que terminó costándole la vida. La Barraca: ¡Haz clic! (0:55 a 1:33) 


Y para que no olvidemos nunca...


Últimos días de vida de García Lorca

El 17 de julio, Francisco Franco, un militar gallego destinado en Marruecos, da un golpe de estado contra el gobierno democrático. En Madrid, sus amigos le recomiendan a Lorca que huya a Portugal. De hecho, varias embajadas extranjeras le habían ofrecido asilo, pero el poeta prefirió viajar a Granada para poder estar con su padre, que estaba enfermo, el día de su santo. 

Pronto comprenderá que fue una terrible decisión. Unos soldados irrumpen en su casa familiar, encuentran a García Lorca, lo arrastran, lo insultan y lo tiran por las escaleras. Las tropas fascistas detienen a su cuñado, el marido de su hermana Concha, que apenas hacía diez días había sido elegido alcalde de Granada, y lo fusilan. Federico, asustadísimo, busca refugio en casa de un amigo, Luis Rosales, cuya familia era conocida en la ciudad por ser conservadora y de derechas, por lo que él cree que allí estará seguro. Pero no fue así. 

En la tarde del 16 de agosto, más de cien soldados armados rodean la casa de Rosales, detienen al poeta a punta de pistola y lo llevan a un centro de detención donde permanece un día y medio bajo constantes torturas.  Al anochecer del día siguiente, parece que con la cara desfigurada, lo montan en una furgoneta abierta junto con otros tres hombres: un maestro y dos jóvenes anarquistas. Todos saben que van a ser fusilados. El camión para cerca de un barranco en mitad de la oscuridad de la noche  y son obligados a bajar a golpes de culata, iluminados por las luces del camión. Les gritan que corran para poder dispararles por la espalda. Tras los primeros disparos, el poeta se retuerce en el suelo agonizante pero todavía vivo, por lo que uno de los soldados se acerca a darle un último disparo a bocajarro hasta que comprueba que ha dejado de moverse. Sacan unas palas del camión, entierran los cuerpos en mitad del campo y vuelven a Granada a emborracharse en bares en los que pasan la noche jactándose de que se han cargado al poeta de tres tiros "uno por ateo, otro por rojo y el último, por maricón".  

Cuarenta años más tarde, con la llegada de la democracia, muchas voces dentro y fuera de nuestras fronteras empiezan a reclamar que se busque su cuerpo, pero aún tienen que pasar varias décadas hasta que por fin se aprueba una Ley de Memoria Histórica que reconoce a los hijos y nietos el derecho de buscar y enterrar dignamente a sus familiares asesinados.

El cadáver de Federico aún no ha sido encontrado. La última investigación que se ha hecho revela que militares nazis asesoraron a Franco para que hiciera desaparecer el cuerpo en un intento de aplacar el impacto nacional e internacional que había tenido la noticia de su asesinato. Ochenta años después, no han conseguido silenciar el legado del poeta, pero su asesinato fue una tragedia humana que además supuso una pérdida irreparable para la cultura mundial. 

Homenaje a García Lorca, carnavales de Cádiz: ¡Haz clic!


2. REPASO DE LA OBRA DE FEDERICO GARCÍA LORCA


 

       La obra dramática de Lorca puede agruparse en tres grandes bloques:


1) PRIMERAS PIEZAS TEATRALES. En 1920 estrena El maleficio de la mariposa, obra de influencia modernista sobre el amor entre una cucaracha y una linda mariposa, que inaugura ya el tema fundamental de la dramaturgia lorquiana: la insatisfacción amorosa. El estreno fue un fracaso del que Lorca se resarció pronto con Mariana Pineda, drama histórico basado en la heroína ajusticiada por Fernando VII en Granada por haber bordado una bandera liberal. A estas dos obras se unen las farsas trágicas sobre amores desgraciados de La zapatera prodigiosa y Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín.


2) TEATRO VANGUARDISTA: “las comedias imposibles o misterios”. Lorca dio este nombre a las comedias creadas bajo el influjo surrealista. La técnica surrealista le vale para explorar en los instintos ocultos del hombre. Así en El público (incompleta) Lorca defiende el amor como un instinto ajeno a la voluntad, que se manifiesta de formas muy diversas, entre ellas, la homosexual; y critica a una sociedad que condena a todo el que es diferente.


3) LA ETAPA DE PLENITUD. Lorca escribe durante los años treinta obras teatrales que sí alcanzan el éxito comercial: Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba. Todas ellas tienen en común el protagonismo de las mujeres, cuya situación de marginación social es tema común y están ambientadas en un ambiente rural. La casa de Bernarda Alba es un apasionado alegato contra el autoritarismo familiar que encarna la figura de Bernarda Alba y que desemboca en muerte y dolor de sus hijas.


 

3.            LA CASA DE BERNARDA ALBA


La casa de Bernarda Alba fue la última obra dramática escrita por Federico García Lorca.  El autor acabó de escribirla en junio de 1936, tan sólo dos meses antes de morir. La obra,  estrenada en Buenos Aires en 1945 por la compañía de Margarita Xirgu, no pudo representarse  en un escenario español hasta 1950.


 Para leer la obra completa: ¡haz clic!


        

        3.1.    SIGNIFICADO DEL TÍTULO


En síntesis, el título alude a un mundo interior,  cerrado y hermético, dentro del cual un personaje -Bernarda- mantiene sometidos a otros  personajes femeninos bajo su autoridad. La “casa” se identifica con el “infierno”, con un “presidio” o un “convento”, todos lugares donde no hay libertad para el ser humano. El nombre de Bernarda”, por otro lado, significa etimológicamente “fuerte como un oso”, simbolizando así la autoridad y la represión (como cabeza de familia ahora). 


    3.2.   TIPO DE SUBGÉNERO DRAMÁTICO DE LA OBRA

Se trata de una tragedia que, conjuntamente con “Bodas de sangre” y  Yerma”  conforman su trilogía rural. Las tres obras tienen numerosos aspectos en común, como la aparición de la mujer como protagonista, la ambientación en el campo andaluz o el desenlace trágico de sus tramas. Aunque a menudo son denominadas "dramas rurales", por sus características deberían ser entendidas como “tragedias”, dado que en todas se dan las características de este subgénero dramático:

a) Sus personajes principales son seres destinados a sufrir, frustrados por el poder autoritario que les llevará a un final desgraciado.


b) Premonición de un destino fatal prefijado que, finalmente sucederá (por ejemplo cuando Magdalena le dice a Angustias que a lo mejor no sale de la casa -por su casamiento-, o cuando ella misma dice que sabe que nunca se va a casar). Pero será María Josefa la que actúe como una especie de oráculo anunciando un final trágico (“Pero él os va a devorar” , aludiendo a Pepe el Romano).


c) El amor irracional y fatídico que Adela siente por Pepe (“Nadie podrá evitar que suceda lo que tenga que suceder”).



3.3 ESTRUCTURA Y CONTENIDO


           ESTRUCTURA  EXTERNA

La estructura externa está bien definida en TRES ACTOS.        

          ESTRUCTURA  INTERNA


Internamente, la obra se puede dividir en estas partes:


Planteamientoabarca el principio del primer acto, desde la escena entre la Poncia y la Criada, que nos presenta la situación dramática (muerte de Antonio María Benavides, el segundo esposo de Bernarda) y los personajes principales, hasta que se marchan las mujeres del pueblo tras el responso.


Nudocomienza cuando Bernarda impone el luto de ocho años en la casa (cuarta escena del primer acto), una vez que se ha quedado sola con sus hijas, lo que constituye el primer conflicto, que se agrava cuando las hijas comentan que Pepe el Romano viene a casarse con  Angustias, la hermana mayor y más rica. El nudo se extiende por el segundo acto y el tercero,  con las reacciones de las hermanas y la madre ante estos hechos (rebeldía de Adela, robo del  retrato por parte de Martirio, enfrentamiento entre Martirio y Adela, vigilancia de Bernarda, etc.).

Desenlace: ocupa las escenas finales de la obra, cuando Martirio avisa a su madre para  que sea testigo de los encuentros de Adela y Pepe el Romano, que desembocan en el suicidio  de la hija menor y en un “mar de luto” para el resto de la familia, que se condena en vida.


ACTO 1

ACTO 2

ACTO 3

INICIO GRUPAL

(DE CALMA)

-Conversación entre las criadas

-Entrada de Bernarda y las vecinas tras el entierro.

-Mujeres cosiendo (conversación sobre los hombres)

-Mujeres cenando

-Visita de Prudencia

TENSIÓN DRAMÁTICA

▪ Imposición del luto.

▪ Intentos de rebeldía  (Adela).

▪ Violencia de Bernarda con 

Angustias.

▪ La herencia.

▪ Pepe el Romano.

▪ FINAL: M ª Josefa arrastrada 

violentamente hasta su habitación.

▪ Diálogo tenso entre Adela/Poncia (presentación del conflicto)

▪ Retrato perdido.

▪ Insinuaciones del conflicto de  Poncia a Bernarda

-Se escucha cantar fuera a los segadores

▪ Enfrentamiento  Adela/Martirio.

▪ FINAL: Persecución por la calle a la hija de la Librada para matarla.

Conversación Bernarda/Poncia. 

Encuentro de Martirio/Mª Josefa. 

Enfrentamiento Adela/Martirio.

Descubrimiento de los encuentros  entre Adela y Pepe el Romano 

▪ Escopeta y  disparo.

▪ Suicidio de  Adela.

Imposición de más luto.

FINAL: Defensa de la honra y “el qué dirán”

Personajes (*) No salen en escena

Mendiga

Mujeres

*Hombres del duelo

*Don Arturo, para herencia

*Hombre de los encajes costura

 

El caballo garañón

Prudencia

*Pepe el Romano

 






























RESUMEN  DE LA OBRA POR ACTOS:


ACTO 1: Al morir su marido, Bernarda Alba impone a sus cinco hijas (Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela) guardar luto durante 8 años seguidos. En medio de este ambiente opresivo, Adela (la más joven de todas las hijas) se entera de que Angustias, la hermana mayor, va a contraer matrimonio con Pepe el Romano, con quien Adela mantiene relaciones en secreto. Se dan conversaciones en las que Poncia se queja de lo mala que es Bernarda, quien todavía tiene cinco hijas feas que casar. Por su parte, Amelia y Martirio hablan del miedo a la madre. Entra en escena María Josefa, madre de Bernarda, encerrada en estado de locura.


ACTO 2: El noviazgo entre Angustias y Pepe el romano es un hecho consentido y están tejiendo el ajuar, pero La Poncia descubre la relación entre Adela y Pepe. A Angustias le desaparece el retrato de Pepe y Poncia lo encuentra entre las sábanas de Martirio. Bernarda le pega y la criada le echa en cara que sea tan dura con sus hijas. Mientras tanto, en la calle se le da un castigo a la hija de una vecina que ha abandonado a su bebé.


ACTO 3: Una amiga, Prudencia, visita la casa y Angustias muestra el anillo que le ha regalado Pepe, a punto de pedirle matrimonio, aunque Angustias reconoce que él parece pensar en otra cosa. María Josefa, en una nueva aparición con una oveja en brazos, avisa de que Pepe el romano las devorará a todas. Martirio sorprende a Adela tras estar con Pepe y la hermana menor le asegura que es a ella a quien quiere. Martirio se lo cuenta a Bernarda, que intenta frenar a Adela, pero esta se rebela y le rompe el bastón. Bernarda sale con la escopeta y dispara a Pepe. Vuelve junto a Martirio y dicen que se acabó Pepe el Romano, saliendo Adela hacia el corral. No obstante, ha errado su tiro y ha huido en su jaca. Poncia intenta entrar en el corral, pero Adela no responde. Consigue abrir y la encuentra colgada. A Bernarda lo único que le importa es que se diga que ha muerto virgen.



4. TEMAS

        4.1   La autoridad frente a la libertad

    Se nos plantea constantemente el enfrentamiento entre la autoridad,  representada por Bernarda, y la libertad, de la que no gozan ni sus hijas ni su madre. (Ya desde el  principio de la obra se marca esta característica en ella, por boca de Poncia, quien la describe antes  de que aparezca como “mandona”, “dominanta” y “tirana de todos los que la rodean”. El lenguaje de Bernarda también está dotado de ese principio de autoridad, pues en él predominan  las órdenes y los imperativos: Vete, no es este tu lugar”, “Aquí se hace lo que yo mando”, “Yo no  pienso, yo ordeno”, etc.)                

En síntesis, la opresión y el autoritarismo de Bernarda provocan varias reacciones:

a)      El odio: especialmente entre las criadas que la temen y se limitan a susurrar a sus espaldas.

b)  La resignación: en las  hijas Magdalena, Amelia y Martirio (aunque parece enfrentarse en alguna ocasión)

c)       La tragedia (si se rebela contra la autoridad): suicidio de Adela,

ADELA.– (Rompiendo a llorar con ira). No me acostumbraré. Yo no puedo estar encerrada.  No quiero que se me pongan las carnes como a vosotras; no quiero perder mi blancura en  estas habitaciones; mañana me pondré mi vestido verde y me echaré a pasear por la calle.  ¡Yo quiero salir!

    

    d)      La locura (si se rebela contra la autoridad): representada en María Josefa (la madre de Bernarda), encerrada por esta para que los vecinos no comenten nada.


M ª Josefa.– Me escapé porque me quiero casar, porque quiero casarme con un varón hermoso de la orilla del mar, ya que aquí  los hombres huyen de las mujeres. 

Bernarda.– ¡Calle usted, madre! 

M ª Josefa– No, no me callo. No quiero ver a estas mujeres  solteras, rabiando por la boda, haciéndose polvo el corazón, y  yo me quiero ir a mi pueblo. Bernarda, yo quiero un varón para  casarme y para tener alegría. 

Bernarda.– ¡Encerradla!  

M ª Josefa.– ¡Déjame salir, Bernarda! 

(La Criada coge a María Josefa). 

Bernarda.– ¡Ayudarla vosotras! 

(Todas arrastran a la vieja). 

María Josefa.– ¡Quiero irme de aquí! ¡Bernarda! ¡A casarme a la orilla del mar, a la orilla del mar


 

4.2               Búsqueda del deseo sexual (identificado con el varón)


Este deseo se activa tras saber que deben cumplir un riguroso luto de ocho años lo cual las alejará del amor y las condenará a la soltería y, con ello, se alejarán también de la posibilidad de librarse de la tiranía de su madre. El deseo se manifiesta fundamentalmente en las hijas, aunque no en todas de la misma manera, pero también en María Josefa (su locura es el cauce ideal para poder expresar con libertad lo que ellas no se atreven a decir: desea casarse (final acto 1) y desea salir (acto 3)


María Josefa.– Yo quiero campo. Yo quiero casas, pero casas abiertas y las vecinas acostadas en sus camas con sus niños chiquitos y los hombres fuera sentados en sus sillas. Pepe el  Romano es un gigante. Todas lo queréis. Pero él os va a devorar porque vosotras sois granos  de trigo. No granos de trigo. ¡Ranas sin lengua! 



 Son constantes las alusiones a este tipo de deseo sexual en toda la obra, especialmente:


a)      Con la llegada de los segadores: (varón=casamiento=libertad)


Amelia.– ¡Y no les importa el calor!  

Martirio.– Siegan entre llamaradas. 

Adela.– Me gustaría segar para ir y venir. Así se olvida lo que nos muerde.  

Martirio.– ¿Qué tienes tú que olvidar?  

Adela– Cada una sabe sus cosas. 

Martirio.– (Profunda). ¡Cada una! 


b)      Con la aparición de Pepe el Romano: será quien pida la mano de Angustias, pero provocará el enfrentamiento entre las hijas menores (Martirio y Adela) enamoradas también de él y que hará que se desborde el deseo sexual contenido. Representa el deseo frustrado para ambas (porque es un amor prohibido) y la libertad esperada para Angustias.

 

4.3  Imposición de la moral tradicional frente a la ruptura de las normas sociales:

Todo deseo se ve frustrado por la realidad que impone la sociedad y sus convenciones representada en la figura de Bernarda como veladora de la moral dominante y tradicional. Generalmente, no cumplir con lo socialmente establecido como moral tenía consecuencias negativas y trágicas, como por ejemplo:

        a)      Reprende a Angustias por esperar ver a Pepe El Romano en el funeral (los hombres no debían mezclarse con la mujeres).

        b)      Reprende a Adela por darle un abanico de colores (impropio del color negro impuesto por el luto):


    

  Bernarda.– Niña, dame el abanico. 

Adela.– Tome usted. (Le da un abanico redondo con flores rojas y verdes). 

Bernarda.– (Arrojando el abanico al suelo). ¿Es éste el abanico que se da a una viuda? Dame uno negro y aprende a respetar el luto de tu padre. 


 

c)       Reprende a Angustias cuando se maquilla la cara (el luto exige discreción y tristeza):


Bernarda.– ¿Pero has tenido valor de echarte polvos en la cara? ¿Has tenido valor de lavarte la cara el día de la muerte de tu padre? 

Angustias.– No era mi padre. El mío murió hace tiempo. ¿Es que ya no lo recuerda usted? 

Bernarda.– Más debes a este hombre, padre de tus hermanas, que al tuyo. Gracias a este hombre tienes colmada tu fortuna. 

Angustias.– ¡Eso lo teníamos que ver! 

Bernarda.– Aunque fuera por decencia. ¡Por respeto! 

Angustias.– Madre, déjeme usted salir. 

Bernarda.– ¿Salir? Después que te hayas quitado esos polvos de la cara. ¡Suavona! ¡Yeyo! ¡Espejo de tus tías! (Le quita violentamente con un pañuelo los polvos). ¡Ahora, vete! 


 

d)      Crítica a Paca la Roseta, “la única mujer mala que tenemos en el pueblo” por haberse ido con los hombres al olivar y dejado atado a su marido (acto 1). y pide la muerte para la hija de la Librada, la soltera, por tener un hijo con un hombre desconocido y haberlo matado tras dar a luz:


Bernarda.– Y que pague la que pisotea la decencia. (Fuera se oye un grito de mujer y un gran rumor). 

Adela.– ¡Que la dejen escapar! ¡No salgáis vosotras! 

Martirio.– (Mirando a Adela). ¡Que pague lo que debe! 

Bernarda.– (Bajo el arco). ¡Acabad con ella antes que lleguen los guardias! ¡Carbón ardiendo  en el sitio de su pecado! 

Adela.– (Cogiéndose el vientre). ¡No! ¡No! 

Bernarda.– ¡Matadla! ¡Matadla! 


 e)      Condena contra su propia hija Adela (acto 3) que ha roto con la moral manteniendo relaciones sexuales con un hombre sin estar casada.


Martirio.– (Señalando a Adela). ¡Estaba con él! ¡Mira esas enaguas llenas de paja de trigo!  

Bernarda.– ¡Ésa es la cama de las mal nacidas! (Se dirige furiosa hacia Adela).  

Adela.– (Haciéndole frente). ¡Aquí se acabaron las voces de presidio! (Adela arrebata un bastón a su madre y lo parte en dos). Esto hago yo con la vara de la dominadora. No dé usted un  paso más. En mí no manda nadie más que Pepe.


f) Impedir la manifestación de cualquier tipo de expresión sentimental: El miedo al que se sepa esa verdad sucedida y al evidente escándalo social  que supondría  lleva a Bernarda y a toda la familia a ocultar los motivos de la muerte sentimental.

Bernarda.– No. ¡Yo no! Pepe: tú irás corriendo vivo por lo oscuro de las alamedas, pero otro día caerás. ¡Descolgarla! ¡Mi hija ha muerto virgen! Llevadla a su cuarto y vestirla como una  doncella. ¡Nadie diga nada! Ella ha muerto virgen. Avisad que al amanecer den dos clamores  las campanas. 

Martirio.– Dichosa ella mil veces que lo pudo tener.  

Bernarda.– Y no quiero llantos. La muerte hay que mirarla cara a cara. ¡Silencio! (A otra hija). ¡A callar he dicho! (A otra hija). ¡Las lágrimas cuando estés sola! Nos hundiremos todas en  un mar de luto. Ella, la hija menor de Bernarda Alba, ha muerto virgen. ¿Me habéis oído?  ¡Silencio, silencio he dicho! ¡Silencio! 



     4.4               La injusticia social:

Lorca denuncia la injusticia y las diferencias sociales, el clasismo y la crueldad que preside las relaciones de la sociedad de la época (especialmente en el acto 1, cuando el dramaturgo  está presentando un ambiente, una situación. Más adelante, el autor disminuye las alusiones  sociales para centrarse en las relaciones humanas, auténtico objetivo de la obra). En la obra plantea una  jerarquía social bien definida:  En el estrato más elevado Bernarda (y su familia), a continuación  la Poncia, después de ella, la Criada, y finalmente, en una posición marginal, la de la miseria absoluta, representada por la Mendiga. La mezquindad del que ocupa el estrato  superior con quien se encuentra en una posición inferior es evidente, como también lo es el odio de este último hacia los que están por encima. Ejemplos en la obra son:

- Las condiciones laborales de las criadas son nefastas y no les da ni para alimentarse (de ahí que la Criada pida a Poncia algo de comer para su hija) y son, además, condenables (el marido muerto parece haber tenido con ella comportamientos de abuso como amo):        

    CRIADA.- (…) Fastídiate, Antonio María Benavides, tieso con tu traje de paño y tus botas enterizas. ¡Fastídiate! ¡Ya no volverás a levantarme las enaguas detrás de la puerta de tu corral!


- No hay igualdad social, no todos los seres humanos son igualeshay dos castas: la acomodada y la de los pobres:    


    BERNARDA.– (A la Criada). Menos gritos y más obras. Debías haber procurado que todo esto estuviera más limpio para recibir al duelo. Vete. No es este tu lugar. (La Criada se va llorando).  Los pobres son como los animales; parece como si estuvieran hechos de otras sustancias. 


    Bernarda se considera de una casta diferente y superior a la del resto de los vecinos del pueblo, a quienes desprecia y eso hará que no quiera que Enrique Humanes ronde a Martirio (lo ve poca cosa para su hija). Su fama de familia de alta condición se observa en el hecho de que “han venido curas de todos los pueblos” para celebrar el funeral del difunto (acto 1) y que poseen mucho ganado y han gastado mucho en los muebles para la boda de Angustias (acto 3).


La Poncia.– No tendrás queja ninguna. Ha venido todo el pueblo.  

Bernarda.– Sí; para llenar mi casa con el sudor de sus refajos y el veneno de sus lenguas. 

Amelia.– ¡Madre, no hable usted así! 

Bernarda.– Es así como se tiene que hablar en este maldito pueblo sin río, pueblo de pozos,  donde siempre se bebe el agua con el miedo de que esté envenenada.



Bernarda.– ¡Y lo haría mil veces! ¡Mi sangre no se junta con la de los Humanas mientras yo  viva! Su padre fue gañán. 


 

 

4.5               La situación de discriminación de la mujer.

La mujer, tanto soltera como casada, se convierte en depositaria de la HONRA de la familia, y entrega su voluntad a los padres hasta que llega el momento de ofrecérsela al marido. Han de ser sumisas (B.- “No le debes preguntar. Y cuando te cases, menos. Habla si él habla y míralo si te mira. Así no tendrás disgustos.”) y, de no serlo, se las condena (caso de Paca la Roseta y la hija de la Librada). 

El rol femenino conllevaba estar recluida en el ámbito doméstico (coser: B.- “Hilo y aguja para la hembra. Látigo y mula para el varón”),  tener un comportamiento público inmaculado e intachable y velar porque las apariencias morales no se vean nunca en tela de juicio. El rol masculino, sin embargo, posee muchos más beneficios: en ellos tener impulsos sexuales está aceptado (la misma Poncia da dinero a su hijo para que haga uso del cuerpo de una prostituta), también pueden tener vida social fuera del ámbito doméstico (la taberna, el campo, salir, tener amantes).

 4.6 Otros temas: en un ambiente carcelario, en el que las mujeres ven frustrado cualquier anhelo de felicidad, afloran los peores sentimientos, como son el odio, la envidia o la competencia afectiva (entre hermanas, entre criadas, entre Bernarda y los habitantes del pueblo, entre Bernarda y su propia madre…). 

En este sentido, la idea que se puede extraer de la obra es que toda sociedad desigual que impide la realización del ser humano castrando sus legítimos deseos de felicidad, genera un odio que termina en cualquier momento desencadenando violencia y tragedia.


5. LOS PERSONAJES


     ANGUSTIAS: es fruto de un primer matrimonio de Bernarda. Es la hija mayor y tiene 39 años. Según Magdalena, con quien discute en  alguna ocasión, “está vieja, enfermiza”, “siempre ha sido la que ha tenido menos méritos de todas nosotras”, “con veinte años parecía un palo vestido” y, además, “habla con las narices”. La Poncia corrobora esta descripción hablando con Adela (acto segundo)  cuando dice que es “una enferma”, “estrecha de cintura, vieja”. Angustias, no obstante, es consciente de su condición física, pero  también de que es la que tiene más dinero de todas sus hermanas, gracias a la herencia por parte de su padre, y se muestra orgullosa  de ello (“Más vale onza en el arca que ojos negros en la cara”). Su matrimonio con Pepe el Romano es una vía para escapar de la casa  (“Afortunadamente, pronto voy a salir de este infierno”), pues no se manifiesta como una muchacha ilusionada por el matrimonio o  tan enamorada como Adela o Martirio. La conversación que mantiene con su madre en el acto 3 a propósito de sus encuentros con  Pepe da fe de ello (“Debía estar contenta y no lo estoy”).  

MAGDALENA: es la primera hija del segundo matrimonio y tiene 30 años. Su nombre tiene una clara relación con la Magdalena evangélica, pues aparece llorando ya en su primera intervención y recibe la reprimenda de su madre (“Magdalena, no llores; si quieres llorar,  te metes debajo de la cama. ¿Me has oído?”). Antes de ello, la Poncia y la Criada nos dicen que “en el primer responso se desmayó la  Magdalena”, porque “era la única que quería al padre”. Magdalena actúa como la hermana mayor, lo que la lleva a tener algún encontronazo con Angustias, su hermanastra. A diferencia de sus hermanas, Magdalena muestra un carácter menos apasionado y enamoradizo. Solo dice de Pepe el Romano que es  “un hombre tan guapo” e invita a sus hermanas a verlo cuando la Criada anuncia que “viene por lo alto de la calle”. Por el contrario, Magdalena añora la infancia, a la que vincula la libertad y la alegría, frente al tiempo que le ha tocado vivir y que acepta con dolor, a  través del llanto.

AMELIA: La tercera hija es Amelia, mujer de 27 años. Amelia es  el personaje menos marcado de toda la familia. Sus intervenciones aparecen para apaciguar los ánimos cuando hay tensión entre sus  hermanas. Actúa también como confidente de Martirio, pero su inocencia la lleva a no entender la intención oculta en lo que le dice su  hermana. Tampoco demuestra Amelia deseo por Pepe el Romano, pues, como ella misma dice: “¡A mí me da vergüenza de estas cosas!”. Amelia se resigna a su sino de permanecer en casa como ordena su madre, y solo muestra un pequeño gesto de disconformidad  cuando se niega junto a Magdalena a estar bordando para los futuros hijos de su hermana Angustias. Prueba de su carácter resignado  y tímido es que no dice nada en la última escena (“Aparece Amelia por el fondo, que mira aterrada con la cabeza sobre la pared”).

MARTIRIO: tiene 24 años y, como su nombre indica, encarna el sufrimiento. Martirio sufre porque es, como dice la Poncia, “enamoradiza”, pero no ha podido casarse aún y eso acrecienta en ella el dolor, el resentimiento y la envidia (roba la fotografía de Pepe el Romano, de quien también está secretamente enamorada y vigila de cerca a Adela). No muestra sus sentimientos de rebelión fácilmente, bien al contrario, complace a su madre (le da su abanico en el duelo, no se queja delante de ella o justifica que el robo del retrato no fue sino una broma). Sin embargo, los deseos contenidos se le van a emponzoñar dentro (“es un pozo de veneno” en palabras de la Poncia), y dejará de ver a su hermana  como tal para enfrentarse abiertamente a ella: Martirio es quien propicia, con su mentira, que Adela se suicide (“Se acabó Pepe el Romano”).  Consigue que su hermana, más decidida y valiente, haga lo que ella no se ha atrevido a hacer (“  querías, pero no has podido”). Con la muerte de Adela parece que la envidia termina, pero no es así.  El castigo de Martirio es seguir envidiando en su hermana algo que ella ya no va a tener, la dicha de  haber gozado del hombre que amaba (“Dichosa ella mil veces que lo pudo tener”).

ADELA: es la hija menor de Bernarda Alba, tiene 20 años y representa el ansia de libertad y la rebeldía.  Su nombre significa “de naturaleza noble” y tiene que ver con su actitud franca durante toda la obra.  Ya desde el primer momento se muestra distinta a sus hermanas cuando le ofrece un abanico  de colores a su madre, que esta rechaza violentamente. Después, se pone el vestido verde que había  confeccionado para ir a la feria, lo que asusta a sus hermanas, de luto riguroso que ella dice no estar dispuesta a soportar, que le ha llegado “en la peor época de mi  vida para pasarlo”. Por ello proclama su deseo y su derecho a salir. Está enamorada de Pepe el Romano, por eso su actitud es completamente contraria a la de  sus hermanas cuando se entera de la boda de Angustias con él. Lo que en las otras es cotilleo y curiosidad, en Adela es tristeza y rabia. Su rebeldía le hace enfrentarse a la autoridad y al convencionalismo:


- Se enfrenta a Martirio:      


Adela.– No a ti, que eres débil; a un caballo encabritado soy capaz de poner de rodillas                           con  la fuerza de mi dedo meñique.


- Se enfrenta a la Poncia:   


Adela– ¡Pues me oirás! Te he tenido miedo. ¡Pero ya soy más fuerte que tú!


- Se enfrenta a su madre:   


Adela.– (Haciéndole frente). ¡Aquí se acabaron las voces de presidio! (Adela arrebata un bastón a su madre y lo parte en dos). Esto hago yo con la vara de la dominadora. No dé  usted un  paso más. En mí no manda nadie más que Pepe. […] ¡Nadie podrá conmigo! 

 

Sin embargo, enfrentarse a la autoridad, a la moral y a los valores establecidos tiene un precio. Adela está dispuesta a llevar esa “corona  de espinas”, pero le cuesta la vida, aunque es la única de las hermanas que puede decir que ha vivido libremente su amor:

            

Adela.– Esto no es más que el comienzo. He tenido fuerza para adelantarme. El brío y el mérito que tú no tienes. He visto la  muerte debajo de estos techos y he salido a buscar lo que era mío, lo que me pertenecía.

 

MARÍA JOSEFA: es la madre de Bernarda, tiene 80 años y es un personaje muy especial, pues en ella se mezclan genialmente la demencia con la verdad absoluta, haciendo uso de un lenguaje cargado de fuerza y lirismo. Pone de manifiesto el conflicto dramático, los deseos de las hijas: salir y ser libres con sus dos intervenciones (al final del primer  acto y antes del final del tercero). Pero a la vez que pone voz a los deseos de sus nietas, María Josefa es también oráculo de la verdad, quien anuncia proféticamente todo lo que va a suceder;


María Josefa.– Bernarda, ¿dónde está mi mantilla? Nada de lo que tengo quiero que sea para vosotras. Ni mis anillos ni mi  traje negro de moaré. Porque ninguna de vosotras se va a casar. ¡Ninguna! […] Ya que aquí los hombres huyen de las mujeres.  


Bernarda.–  ¡Calle usted, madre!


María Josefa.– No, no me callo. No quiero ver a estas mujeres solteras, rabiando por la             boda, haciéndose polvo el corazón. 


María Josefa.– Pepe el Romano es un gigante. Todas lo queréis. Pero él os va a devorar          porque vosotras sois granos de trigo.  No granos de trigo. ¡Ranas sin lengua! 

 

PEPE EL ROMANO, el prometido de Angustias y pretendido por Adela y Martirio. Es descrito en la obra como un hombre atractivo, Magdalena dice de él que “tiene veinticinco años y es el mejor tipo de todos estos contornos”. Representa también el deseo, pero no solo eso. Se dice de él que se mueve por interés,  por el dinero de Angustias; es decir, que no actúa honradamente, porque después de hablar con Angustias (cada vez menos, como se hace notar en la obra) se encuentra con Adela y tiene relaciones sexuales con ella. Pepe el Romano es “un gigante” y “un león” que no aparece en escena nunca (de él solo se oye un silbido) y, sin embargo, está omnipresente en conversaciones y pensamientos. Es el catalizador de todas las fuerzas encerradas en la casa y el causante de que se consume la tragedia en la familia de Bernarda Alba.

LA PONCIA: es la vieja criada de la casa. Tiene, como Bernarda, 60 años y lleva toda la vida con ella. Su nombre nos remite al personaje  bíblico (Poncio Pilatos) que se lava las manos sin intervenir en el juicio. Su papel en la casa es muy particular, pues es como de la familia, salvo cuando Bernarda le recuerda cuál es su sitio (“Eso es lo que debías hacer. Obrar y callar a todo. Es la condición de los que viven a sueldo”). La  Poncia sirve de contacto entre los personajes de la casa y el mundo exterior (lleva limonada a los hombres del duelo, pone en conocimiento de Bernarda todos los chismes del pueblo, compra polvos cosméticos para Angustias…).  Pese a la aparente relación de confianza, la Poncia muestra otra cara, la del rencor y el desapego hacia su ama y sus hijas. Al principio, le cuenta a la Criada que desea recriminar a Bernarda y estarle “escupiendo un año entero”, “hasta  ponerla como un lagarto machacado por los niños, que es lo que es ella y toda su parentela”. Más adelante, le dice a Adela que “no os  tengo ley a ninguna, pero quiero vivir en casa decente. ¡No quiero mancharme de vieja!”. La Poncia está al tanto de todo lo que ocurre en la casa, como se demuestra en sus conversaciones con la criada, e intenta ponerle remedio en ocasiones, hablando abiertamente con Adela e insinuando lo que pasa a Bernarda, pero de ambas recibe una respuesta poco agradecida y amable. Es quien descubre el cuerpo sin vida de Adela y  quien permanece con la familia hasta el final, pues, como dice al principio (“yo soy buena perra”).

LA CRIADA: Aparece al principio para manifestar rencor hacia la familia en la que sirve (Bernarda apenas le da para comer y no la deja descansar; su marido y amo le  "levantaba las enaguas detrás de las puertas del corral"). Se muestra altanera con la Mendiga, a la que  desprecia por ser más pobre aún que ella, e hipócrita cuando llegan las mujeres del duelo haciendo un  planto por Antonio María Benavides, a quien había deseado poco antes que se fastidiara.

LAS MUJERES: que acuden al duelo  (aunque en sus palabras entre dientes se ve que su relación con Bernarda no es buena y que van "por cumplir" con el difunto) y Prudencia, que aparece en el tercer acto y que hace honor a su nombre,  pues se trata de una mujer que no quiere complicaciones familiares y que hace una visita de cortesía  antes de la boda de Angustias. A través de la escena con ella sabemos de costumbres como regalar  un anillo para la pedida de mano, que derramar sal trae mala suerte o qué es un armario de luna o  un arca. 

LOS HOMBRES: se mencionan en la obra, puesto que no aparece ninguno en la escena: Antonio María Benavides es el difunto marido de Bernarda, cuyo entierro da inicio a la obra; los hombres del duelo quedan en el patio y ofrecen dinero a Bernarda para  responsos; a la casa entran don Arturo, para hacer las particiones por la herencia, y el hombre de los encajes, para el ajuar de las hijas. Más importantes son los segadores, cuyas voces aparecen en el  acto 2 y despiertan vivamente el deseo de las hijas de Bernarda, movidas además por la descripción que de ellos hace la Poncia, quien alude además a sus necesidades sexuales. Los mozos jóvenes  son un símbolo de un deseo genérico e inconcreto.


6. EL TIEMPO


La obra se sitúa en un tiempo indeterminado, se supone que contemporáneo al autor (principios del siglo XX), aunque no hay referencias directas a la época salvo las que aluden a las costumbres de los personajes.

Sabemos que es verano, un tiempo caluroso que condiciona la forma de actuar de las hijas de Bernarda creando un clima asfixiante y agobiante.

Cada acto sucede en un período distinto del día: mañana (acto 1); tarde (acto 2); noche (acto 3); pero no del mismo día, sabemos que hay elipsis temporales entre acto y acto. Por ejemplo, en el segundo acto, ya están preparando las sábanas para el ajuar y Angustias lleva un tiempo viéndose con Pepe, aunque después este se queda con Adela más tiempo;  otro ejemplo es que, cuando se oye la persecución a  la hija de la Librada, Adela se toca el vientre, dando a entender que podría estar embarazada.  Más adelante, en el tercer acto, se nos anuncia que faltan tres días para la boda de Angustias y que ya se han comprado los muebles. Así pues, observamos que han pasado semanas o incluso algún mes, pero solo se representan tres momentos en escena como si  fueran partes de un solo día. Esta técnica dramática (la de la elipsis temporal o el tiempo no representado) sirve a García Lorca para  dar unidad a la obra.


7. EL ESPACIO

      En el espacio podemos diferenciar entre:  

    a)      Espacio VISIBLE, CERRADO (LA CASA): se identifica con el “infierno”, con un “presidio” o un “convento”, todos lugares cerrados donde no hay libertad posible ni comunicación con el exterior.  Dentro de ella, el corral es el único espacio que puede comunicar con el exterior y es, precisamente allí, donde se producen los encuentros amorosos de Adela y Pepe. El color blanco destaca como protagonista del espacio doméstico, son las paredes blancas (“blanquísimas”- acto 1); (“habitación blanca”- acto 2); (“Cuatro paredes blancas ligeramente azuladas del patio interior”- acto 3); de alguna forma, el blanco simboliza el orden impuesto por Bernarda que va resquebrajándose y haciéndose menos “inmaculado” conforme las tensiones avanzan.

 

        b)      Espacio ALUDIDO,  ABIERTO (EL EXTERIOR): Representa la libertad y el deseo. Es nombrado como “la orilla del mar” (adonde quiere escapar María Josefa); “los juncos de la orilla” (donde metafóricamente Pepe lleva a Adela a beber); los campos (donde quieren huir Adela o Magdalena); el olivar (donde la libertad amorosa está presente como con Paca la Roseta). El pueblo, sin embargo, sería el símbolo de la moral y las convenciones sociales,  un lugar en el que se toma la justicia por su mano si alguien trasgrede las normas. Aunque tanto el pueblo como Bernarda participan de la misma rigidez tradicional marcada por el "miedo al qué dirán", Bernarda, paradójicamente, odia y desprecia al pueblo.


        8. ESTILO Y TÉCNICA DRAMÁTICA (LENGUAJE)

    

   I. Diferenciamos entre el texto dramático primario (lo que los espectadores escuchan):

    a)      Los apartes: palabras que dice un personaje pero que no son percibidas por su interlocutor. No son muy frecuentes en la obra. Solo aparecen cuando las mujeres del duelo murmuran entre dientes a propósito de la actitud de  Bernarda y cuando Martirio repite con intención las palabras de Amelia en referencia a Adela (“Eso, ¡eso!, una mulilla sin desbravar”). Se emplean en la obra exclusivamente para insultar a otros personajes.

    b)      Los monólogos: para mostrar al público el pensamiento de un personaje. Tampoco son muy frecuentes.  Aparece en el acto 1, cuando la Criada se queda sola tras marchar la Poncia, lo que nos permite conocer cómo se siente y su  relación con el difunto esposo de Bernarda y, en cierto modo, en el acto 3, en la canción de María Josefa cuando Martirio la lleva de vuelta a su cuarto (porque, aunque le hable a la oveja, está hablando sola, algo propio de una mujer que no está en sus cabales).

    c)      Los diálogos: Suponen un intercambio de información entre dos o más personajes. Los diálogos son fluidos y vivos, con intervenciones seguidas y réplicas cortas, lo que confiere a la obra un carácter natural. En los personajes de Bernarda y Adela las intervenciones son más cortantes, secas, enérgicas y con cierta violencia verbal (hay un predominio de la modalidad imperativa).  En general, en el habla de los personajes conviven rasgos del registro coloquial con otros propios de un lenguaje poético:

A)     Registro coloquial:

- Coloquialismos e incluso algún vulgarismo. La Poncia es el mejor ejemplo de este tipo de lenguaje (“¡Mal dolor de clavo le pinche en los ojos”, “la quedan cinco mujeres”, “tiene dineros”, “da gloria  oírlo”, “Sentarse”, “¡Descolgarla!”…)

                     - Sentencias populares, refranes y frases hechas (“pan y uvas por toda herencia”, “Más vale onza en el arca que ojos negros en la  cara”, “Por un oído me entra y por otro me sale”, “mosca muerta”, “Santa Bárbara bendita, que en el cielo estás escrita con papel  y agua bendita”, “Mira a ver si puedes agarrar la liebre con tus manos”).


B)     Lenguaje poético (figuras literarias):

- Metáforas (“qué pedrisco de odio habéis echado sobre mi  corazón”, “Con la cabeza y las manos llenas de ojos”, “Si en  esta casa hubiera hierbas, ya te encargarías de traer a pastar las ovejas del vecindario”, “Sembradura de vidrios”); identificación de la casa con un “presidio”, “infierno”, “una guerra”.

- La comparación o símil: (“He sido como  arrastrada por una maroma”, “Déjame que el pecho se me rompa como una granada de amargura”).

- Hipérboles: PONCIA.- "Era la una de la madrugada y salía fuego de la tierra”. MARTIRIO.-"Siegan entre llamaradas”.  (metáforas hiperbólicas del calor).

-Inclusión de pequeños poemas: como el canto de los segadores o la nana de María Josefa.

 -El uso de LOS SÍMBOLOS merece una atención especial:



EL AGUA


Si fluye (mar o río) simboliza la vitalidad, el erotismo, la fecundidad, la alegría del deseo sexual satisfecho. Si el agua está estancada (pozo) simboliza la muerte o la crítica.



CABALLO “GARAÑÓN”


El deseo sexual, la pasión amorosa indomable (golpes pared) y es de color blanco además (vida, libertad)



EL BASTÓN



Autoridad (lo rompe Adela al final porque ya no acepta la autoridad materna sino la de su amante)


LUNA



Varias cosas: muerte, erotismo, fecundidad, belleza.


EL CALOR



Represión, intensifica la fatalidad.


LOS COLORES


BLANCO: vida, libertad, fecundidad (caballo, espuma del mar,                                  ovejita)


NEGRO: Tristeza, muerte, pena, desgracias.


VERDE: Rebeldía, muerte, erotismo.



OVEJA



Niño, la felicidad / el sacrificio.


SOL



Vida, alegría.


II. El texto dramático secundario son las acotaciones (indicaciones que deja el autor para su posterior puesta en escena). Informan sobre el decorado, el vestuario, la intención comunicativa del personaje (gestos, tono de voz, movimientos), la salida y entrada de personajes, indicaciones temporales, etc.


POSIBLES PREGUNTAS 5b


       Indique en qué parte de la obra se localiza el fragmento y comente dos rasgos, apoyados en ejemplos del texto, característicos de la dramaturgia de Lorca.

Comente cómo está reflejado el tema de... (ejemplos: el clasismo, la moral tradicional, el conflicto entre autoridad y libertad…) en este fragmento y encuentre al menos dos episodios más en la obra que sirvan como ejemplo de este tema.

Comente todo lo que conozca sobre el personaje de (por ejemplo, Pepe el Romano) y explique la simbología con que han sido utilizados los colores (verde y blanco) en el fragmento.

Explique la importancia del espacio en este fragmento y comente alguna otra escena de la obra en la que el espacio posea protagonismo como elemento escénico.

Explique la idea de libertad presente en la obra y relacione dicha idea con el personaje de María Josefa.

Explique dos rasgos característicos de la dramaturgia de Lorca presentes en este fragmento. (el punto que hemos llamado guía “estilo y técnica dramática”).

Localice el fragmento dentro del conjunto de la obra y explique dos rasgos característicos de la dramaturgia de Lorca presentes en este fragmento.

Comente la relación de este fragmento con la temática/ idea de la pasión amorosa y explique las características más destacadas del personaje de Adela.

Relacione el tema de la imposición de la autoridad con este fragmento y comente un símbolo presente en el texto que lo represente.

Comente la relación de este fragmento con el final de la obra y relacione los hechos de este texto con el tipo de género dramático al que pertenece.

Relacione el fragmento con el tema de la injusticia social y explique el papel de La Poncia como personaje.

Localice el fragmento dentro del conjunto de la obra y comente la relación que se establece entre Adela y el contenido de este fragmento.

Comente brevemente la figura de Bernarda. Haga lo mismo con la figura de Angustias.

Comente brevemente las figuras de Adela y Martirio. Señale alguna escena protagonizada por ambas

 Señale los personajes protagonistas de La casa de Bernarda Alba y comente brevemente el sentido de la obra en la España de la época.

Indique en qué parte de La casa de Bernarda Alba se localiza este fragmento y explique con qué otra escena de la obra se relaciona.

Comente qué simboliza (el caballo, la luna, el agua, los colores…) en la obra y resuma una escena en la que se puede observar su protagonismo.

Señale la relación entre el título de la obra La casa de Bernarda Alba y su contenido; haga un breve resumen del primer acto.

Comente la importancia del luto y el valor simbólico del blanco y el negro en La casa de Bernarda Alba.


En resumidas cuentas, las preguntas podrán pedir:

- Explicación del TÍTULO de la obra

Explicación de algún rasgo CARACTERÍSTICO DE LA DRAMATURGIA de Lorca (en               general o concretando con el texto). 

- Hablar de algún PERSONAJE determinado (su evolución o su relación con otros

RESUMIR parte de la obra Comentar UN TEMA que aparezca en el fragmento o un tema en general.

      - Comentar algo sobre EL ESPACIO de la obra.


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