1. BREVE BIOGRAFÍA DE FEDERICO GARCÍA LORCA
De los cuatro muleros
Mamita mía
Lleno de volantes
Y de cascabeles
Ay, Tarara, sí, ay, Tarara, no
Ay, Tarara, niña de mi corazón
La obra dramática de Lorca puede
agruparse en tres grandes bloques:
1) PRIMERAS
PIEZAS TEATRALES. En 1920 estrena El maleficio de la
mariposa, obra de influencia modernista sobre el amor entre una cucaracha y
una linda mariposa, que inaugura ya el tema fundamental de la dramaturgia
lorquiana: la insatisfacción amorosa. El estreno fue un fracaso del que Lorca
se resarció pronto con Mariana Pineda, drama histórico basado en la
heroína ajusticiada por Fernando VII en Granada por haber bordado una bandera
liberal. A estas dos obras se unen las farsas trágicas sobre amores
desgraciados de La zapatera prodigiosa y Amor de don Perlimplín con
Belisa en su jardín.
2) TEATRO
VANGUARDISTA: “las comedias imposibles o misterios”.
Lorca dio este nombre a las comedias creadas bajo el influjo surrealista. La
técnica surrealista le vale para explorar en los instintos ocultos del hombre.
Así en El público (incompleta) Lorca defiende el amor como un instinto
ajeno a la voluntad, que se manifiesta de formas muy diversas, entre ellas, la
homosexual; y critica a una sociedad que condena a todo el que es diferente.
3) LA ETAPA
DE PLENITUD. Lorca escribe durante los años treinta
obras teatrales que sí alcanzan el éxito comercial: Bodas de sangre, Yerma
y La casa de Bernarda Alba. Todas ellas tienen en común el
protagonismo de las mujeres, cuya situación de marginación social es tema común
y están ambientadas en un ambiente rural. La casa de
Bernarda Alba es un
apasionado alegato contra el autoritarismo familiar que encarna la figura de
Bernarda Alba y que desemboca en muerte y dolor de sus hijas.
3. LA CASA DE BERNARDA ALBA
La casa de Bernarda
Alba fue
la última obra dramática escrita por Federico García Lorca. El autor
acabó de escribirla en junio de 1936,
tan sólo dos meses antes de morir. La obra, estrenada en Buenos Aires en
1945 por la compañía de Margarita Xirgu, no pudo representarse en un
escenario español hasta 1950.
3.1.
SIGNIFICADO
DEL TÍTULO
En síntesis, el título alude a un mundo interior, cerrado y hermético, dentro del cual un personaje -Bernarda- mantiene sometidos a otros personajes femeninos bajo su autoridad. La “casa” se identifica con el “infierno”, con un “presidio” o un “convento”, todos lugares donde no hay libertad para el ser humano. El nombre de “Bernarda”, por otro lado, significa etimológicamente “fuerte como un oso”, simbolizando así la autoridad y la represión (como cabeza de familia ahora).
Se trata de una tragedia que, conjuntamente con “Bodas de sangre” y “Yerma” conforman su trilogía rural. Las tres obras tienen numerosos aspectos en común, como la aparición de la mujer como protagonista,
la ambientación en el campo andaluz o el desenlace trágico de sus tramas. Aunque a menudo son denominadas "dramas rurales", por sus
características deberían ser entendidas como “tragedias”, dado que en todas se dan las características de este subgénero dramático:
a) Sus personajes principales son seres
destinados a sufrir, frustrados
por el poder autoritario que les llevará a un final desgraciado.
b) Premonición
de un destino fatal prefijado que, finalmente sucederá (por ejemplo cuando
Magdalena le dice a Angustias que a lo mejor no sale de la casa -por su
casamiento-, o cuando ella misma dice que sabe que nunca se va a casar). Pero será
María Josefa la que actúe como una especie de oráculo anunciando un final
trágico (“Pero él os va a devorar” , aludiendo a Pepe el Romano).
c) El
amor irracional y fatídico que Adela siente por Pepe (“Nadie podrá evitar que suceda lo que tenga que suceder”).
3.3 ESTRUCTURA Y CONTENIDO
ESTRUCTURA EXTERNA
La estructura externa
está bien definida en TRES
ACTOS.
ESTRUCTURA INTERNA
Internamente, la obra se
puede dividir en estas partes:
– Planteamiento: abarca el principio del primer acto, desde la
escena entre la Poncia y la Criada, que nos presenta la situación dramática
(muerte de Antonio María Benavides, el segundo esposo de Bernarda) y los
personajes principales, hasta que se marchan las mujeres del pueblo tras el
responso.
– Nudo: comienza cuando Bernarda impone el luto de ocho
años en la casa (cuarta escena del primer acto), una vez que se ha quedado sola
con sus hijas, lo que constituye el primer conflicto, que se agrava cuando las
hijas comentan que Pepe el Romano viene a casarse con Angustias, la hermana mayor y más rica. El
nudo se extiende por el segundo acto y el tercero, con las reacciones de las hermanas y la madre
ante estos hechos (rebeldía de Adela, robo del
retrato por parte de Martirio, enfrentamiento entre Martirio y Adela,
vigilancia de Bernarda, etc.).
– Desenlace: ocupa las escenas finales de la obra, cuando
Martirio avisa a su madre para que sea
testigo de los encuentros de Adela y Pepe el Romano, que desembocan en el
suicidio de la hija menor y en un “mar
de luto” para el resto de la familia, que se condena en vida.
|
ACTO 1 |
ACTO 2 |
ACTO 3 |
INICIO GRUPAL (DE CALMA) |
-Conversación entre las criadas -Entrada de Bernarda y las vecinas tras el
entierro. |
-Mujeres cosiendo (conversación sobre los hombres) |
-Mujeres cenando -Visita de Prudencia |
TENSIÓN DRAMÁTICA |
▪ Imposición del luto. ▪ Intentos de rebeldía (Adela). ▪ Violencia de Bernarda con Angustias. ▪ La herencia. ▪ Pepe el Romano. ▪ FINAL: M ª Josefa arrastrada violentamente hasta su habitación. |
▪ Diálogo tenso entre Adela/Poncia (presentación del
conflicto) ▪ Retrato perdido. ▪ Insinuaciones del conflicto de Poncia a Bernarda -Se escucha cantar fuera a los segadores ▪ Enfrentamiento
Adela/Martirio. ▪ FINAL: Persecución por la calle a la hija de la
Librada para matarla. |
▪ Conversación Bernarda/Poncia. ▪ Encuentro
de Martirio/Mª Josefa. ▪ Enfrentamiento
Adela/Martirio. Descubrimiento de los encuentros entre Adela y Pepe el Romano ▪ Escopeta y
disparo. ▪ Suicidio de
Adela. Imposición de más luto. FINAL: Defensa de la honra y “el qué dirán” |
Personajes (*) No salen en escena |
Mendiga Mujeres *Hombres del duelo *Don Arturo, para
herencia |
*Hombre de los encajes
costura |
El caballo garañón Prudencia *Pepe el Romano |
RESUMEN DE LA OBRA POR ACTOS:
ACTO 1: Al morir su marido, Bernarda Alba impone a sus cinco hijas (Angustias,
Magdalena, Amelia, Martirio y Adela) guardar luto durante 8 años seguidos. En
medio de este ambiente opresivo, Adela (la más joven de todas las hijas) se
entera de que Angustias, la hermana mayor, va a contraer matrimonio con Pepe el
Romano, con quien Adela mantiene relaciones en secreto. Se dan conversaciones
en las que Poncia se queja de lo mala que es Bernarda, quien todavía tiene
cinco hijas feas que casar. Por su parte, Amelia y Martirio hablan del miedo a
la madre. Entra en escena María Josefa, madre de Bernarda, encerrada en estado
de locura.
ACTO 2: El noviazgo entre Angustias y Pepe el romano es un hecho consentido y
están tejiendo el ajuar, pero La Poncia descubre la relación entre Adela y
Pepe. A Angustias le desaparece el retrato de Pepe y Poncia lo encuentra entre
las sábanas de Martirio. Bernarda le pega y la criada le echa en cara que sea
tan dura con sus hijas. Mientras tanto, en la calle se le da un castigo a la
hija de una vecina que ha abandonado a su bebé.
ACTO 3: Una amiga, Prudencia, visita la casa y Angustias muestra el anillo que le
ha regalado Pepe, a punto de pedirle matrimonio, aunque Angustias reconoce que
él parece pensar en otra cosa. María Josefa, en una nueva aparición con una
oveja en brazos, avisa de que Pepe el romano las devorará a todas. Martirio
sorprende a Adela tras estar con Pepe y la hermana menor le asegura que es a
ella a quien quiere. Martirio se lo cuenta a Bernarda, que intenta frenar a
Adela, pero esta se rebela y le rompe el bastón. Bernarda sale con la escopeta
y dispara a Pepe. Vuelve junto a Martirio y dicen que se acabó Pepe el Romano,
saliendo Adela hacia el corral. No obstante, ha errado su tiro y ha huido en su
jaca. Poncia intenta entrar en el corral, pero Adela no responde. Consigue
abrir y la encuentra colgada. A Bernarda lo único que le importa es que se diga
que ha muerto virgen.
4. TEMAS
4.1 La autoridad frente a la libertad
Se nos plantea constantemente el enfrentamiento entre la autoridad, representada por Bernarda, y la libertad, de la que no gozan ni sus hijas ni su madre. (Ya desde el principio de la obra se marca esta característica en ella, por boca de Poncia, quien la describe antes de que aparezca como “mandona”, “dominanta” y “tirana de todos los que la rodean”. El lenguaje de Bernarda también está dotado de ese principio de autoridad, pues en él predominan las órdenes y los imperativos: “Vete, no es este tu lugar”, “Aquí se hace lo que yo mando”, “Yo no pienso, yo ordeno”, etc.)
En síntesis, la opresión y el autoritarismo de Bernarda provocan varias reacciones:
a) El odio: especialmente entre las criadas que la temen y se limitan
a susurrar a sus espaldas.
b) La
resignación: en las hijas Magdalena, Amelia y Martirio (aunque
parece enfrentarse en alguna ocasión)
c)
La tragedia (si se rebela contra la autoridad): suicidio de Adela,
ADELA.– (Rompiendo a llorar con ira). No me acostumbraré. Yo no
puedo estar encerrada. No quiero que se
me pongan las carnes como a vosotras; no quiero perder mi blancura en estas habitaciones; mañana me pondré mi
vestido verde y me echaré a pasear
por la calle. ¡Yo quiero salir!
d)
La locura (si se rebela contra la autoridad): representada en María
Josefa (la madre de Bernarda), encerrada por esta para que los vecinos no
comenten nada.
M ª Josefa.– Me escapé porque me
quiero casar, porque quiero casarme con un varón hermoso de la orilla
del mar,
ya que aquí los hombres huyen de las mujeres.
Bernarda.– ¡Calle usted, madre!
M ª Josefa– No, no me callo. No
quiero ver a estas mujeres solteras, rabiando por la boda,
haciéndose polvo el corazón, y yo me quiero ir a mi pueblo.
Bernarda, yo quiero un varón para casarme y para tener
alegría.
Bernarda.– ¡Encerradla!
M ª Josefa.– ¡Déjame salir,
Bernarda!
(La Criada coge a María Josefa).
Bernarda.– ¡Ayudarla vosotras!
(Todas arrastran a la vieja).
María Josefa.– ¡Quiero irme de aquí!
¡Bernarda! ¡A casarme a la orilla del mar, a la orilla del mar!
4.2
Búsqueda del deseo sexual (identificado con el varón)
Este deseo se activa tras saber
que deben cumplir un riguroso luto
de ocho años lo cual las alejará del amor y las condenará a la soltería y, con
ello, se alejarán también de la posibilidad de librarse de la tiranía de su
madre. El deseo se manifiesta fundamentalmente en las hijas, aunque no en todas de la
misma manera, pero también en María
Josefa (su locura es el cauce ideal para poder expresar con libertad lo que
ellas no se atreven a decir: desea casarse (final acto 1) y desea salir
(acto 3)
María Josefa.– Yo quiero campo. Yo quiero casas, pero casas abiertas y las vecinas
acostadas en sus camas con sus niños chiquitos y los hombres fuera
sentados en sus sillas. Pepe el Romano es un gigante. Todas lo
queréis. Pero él os va a devorar porque vosotras sois granos de
trigo. No granos de trigo. ¡Ranas sin lengua!
Son constantes las
alusiones a este tipo de deseo sexual en toda la obra, especialmente:
a)
Con la llegada de los segadores: (varón=casamiento=libertad)
Amelia.– ¡Y no les importa el calor!
Martirio.–
Siegan entre llamaradas.
Adela.– Me
gustaría segar para ir y venir. Así se olvida lo que nos muerde.
Martirio.–
¿Qué tienes tú que olvidar?
Adela–
Cada una sabe sus cosas.
Martirio.–
(Profunda). ¡Cada una!
b) Con la aparición de Pepe
el Romano: será quien pida la mano de Angustias, pero provocará el
enfrentamiento entre las hijas menores (Martirio y Adela) enamoradas también de
él y que hará que se desborde el deseo sexual contenido. Representa el deseo
frustrado para ambas (porque es un amor prohibido) y la libertad esperada para
Angustias.
4.3 Imposición de la moral tradicional frente a la ruptura de las normas sociales:
Todo deseo se ve frustrado por la
realidad que impone la sociedad y sus convenciones representada en la figura de
Bernarda como veladora de la moral dominante y tradicional. Generalmente,
no cumplir con lo socialmente establecido como moral tenía consecuencias
negativas y trágicas, como por ejemplo:
a) Reprende a Angustias
por esperar ver a Pepe El Romano en
el funeral (los hombres no debían mezclarse con la mujeres).
b)
Reprende a Adela por darle un abanico
de colores (impropio del color negro impuesto por el luto):
Bernarda.–
Niña, dame el abanico.
Adela.– Tome usted. (Le da un abanico redondo con flores rojas y
verdes).
Bernarda.– (Arrojando el abanico al suelo). ¿Es éste el abanico
que se da a una viuda? Dame uno negro y aprende a respetar el luto de tu
padre.
c)
Reprende a Angustias cuando se maquilla
la cara (el luto exige discreción y tristeza):
Bernarda.– ¿Pero has tenido valor de echarte polvos en la cara?
¿Has tenido valor de lavarte la cara el día de la muerte de tu
padre?
Angustias.– No era mi padre. El mío murió hace tiempo. ¿Es que
ya no lo recuerda usted?
Bernarda.– Más debes a este hombre, padre de tus hermanas, que
al tuyo. Gracias a este hombre tienes colmada tu fortuna.
Angustias.– ¡Eso lo teníamos que ver!
Bernarda.– Aunque fuera por decencia. ¡Por respeto!
Angustias.– Madre, déjeme usted salir.
Bernarda.– ¿Salir? Después que te hayas quitado esos polvos de
la cara. ¡Suavona! ¡Yeyo! ¡Espejo de tus tías! (Le quita violentamente con
un pañuelo los polvos). ¡Ahora, vete!
d)
Crítica a Paca la Roseta, “la única mujer mala que
tenemos en el pueblo” por haberse ido con los hombres al olivar y dejado
atado a su marido (acto 1). y pide la muerte para la hija de la Librada, la
soltera, por tener un hijo con un hombre desconocido y haberlo matado tras dar
a luz:
Bernarda.– Y que pague la que pisotea la decencia. (Fuera
se oye un grito de mujer y un gran rumor).
Adela.– ¡Que la dejen escapar! ¡No salgáis vosotras!
Martirio.– (Mirando a Adela). ¡Que pague lo que debe!
Bernarda.– (Bajo el arco). ¡Acabad con ella antes que lleguen
los guardias! ¡Carbón ardiendo en el sitio de su pecado!
Adela.– (Cogiéndose el vientre). ¡No! ¡No!
Bernarda.– ¡Matadla! ¡Matadla!
Martirio.– (Señalando a Adela).
¡Estaba con él! ¡Mira esas enaguas llenas de paja de trigo!
Bernarda.– ¡Ésa es la cama de las mal
nacidas! (Se dirige furiosa hacia Adela).
Adela.– (Haciéndole frente). ¡Aquí se
acabaron las voces de presidio! (Adela arrebata un bastón a
su madre y lo parte en dos). Esto hago yo con la vara de la dominadora. No dé
usted un paso más. En mí no manda nadie más que Pepe.
f) Impedir la manifestación de cualquier tipo de expresión sentimental: El miedo al que se sepa esa verdad sucedida y al evidente escándalo social que supondría lleva a Bernarda y a toda la familia a ocultar los motivos de la muerte sentimental.
Bernarda.– No. ¡Yo no! Pepe: tú irás corriendo vivo por lo
oscuro de las alamedas, pero otro día caerás. ¡Descolgarla! ¡Mi hija ha muerto
virgen! Llevadla a su cuarto y vestirla como una doncella. ¡Nadie
diga nada! Ella ha muerto virgen. Avisad que al amanecer den dos
clamores las campanas.
Martirio.– Dichosa ella mil veces que lo pudo tener.
Bernarda.– Y no quiero llantos. La muerte hay que mirarla cara a
cara. ¡Silencio! (A otra hija). ¡A callar he dicho! (A otra hija). ¡Las
lágrimas cuando estés sola! Nos hundiremos todas en un mar de luto.
Ella, la hija menor de Bernarda Alba, ha muerto virgen. ¿Me habéis
oído? ¡Silencio, silencio he dicho! ¡Silencio!
Lorca denuncia la injusticia y las diferencias sociales, el clasismo y la crueldad que preside las relaciones de la sociedad de la época
(especialmente en el acto 1, cuando el dramaturgo está presentando un
ambiente, una situación. Más adelante, el autor disminuye las alusiones
sociales para centrarse en las relaciones humanas, auténtico objetivo de la
obra). En la obra plantea una
jerarquía social bien definida: En
el estrato más elevado Bernarda (y su familia), a continuación la Poncia,
después de ella, la Criada, y finalmente, en una posición marginal, la de la miseria absoluta,
representada por la Mendiga. La mezquindad del que ocupa el estrato
superior con quien se encuentra en una posición inferior es evidente, como también lo es el odio
de este último hacia los que están por encima. Ejemplos en la obra son:
- Las condiciones laborales de las criadas son nefastas y no les da ni para alimentarse (de ahí que la Criada pida a Poncia algo de comer para su hija) y son, además, condenables (el marido muerto parece haber tenido con ella comportamientos de abuso como amo):
CRIADA.- (…) Fastídiate, Antonio
María Benavides, tieso con tu traje de paño y tus botas enterizas. ¡Fastídiate!
¡Ya no volverás a levantarme las enaguas detrás de la puerta de tu corral!
- No hay igualdad social, no todos los seres humanos son iguales: hay dos castas: la acomodada y la de los pobres:
BERNARDA.– (A la Criada). Menos gritos y más
obras. Debías haber procurado que todo esto estuviera más limpio para
recibir al duelo. Vete. No es este tu lugar. (La Criada se va
llorando). Los pobres son como los animales; parece como si estuvieran
hechos de otras sustancias.
Bernarda se considera de una casta diferente y superior a la del
resto de los vecinos del pueblo, a quienes desprecia y eso hará que no quiera
que Enrique Humanes ronde a Martirio (lo ve poca cosa para su hija). Su fama de
familia de alta condición se observa en el hecho de que “han venido curas de
todos los pueblos” para celebrar el funeral del difunto (acto 1) y que poseen
mucho ganado y han gastado mucho en los muebles para la boda de Angustias (acto
3).
La Poncia.– No tendrás queja ninguna.
Ha venido todo el pueblo.
Bernarda.– Sí; para llenar mi casa
con el sudor de sus refajos y el veneno de sus lenguas.
Amelia.– ¡Madre, no hable usted
así!
Bernarda.– Es así como se tiene que
hablar en este maldito pueblo sin río, pueblo de pozos, donde
siempre se bebe el agua con el miedo de que esté envenenada.
Bernarda.– ¡Y lo haría mil veces! ¡Mi
sangre no se junta con la de los Humanas mientras yo viva! Su padre
fue gañán.
4.5
La situación de discriminación de la mujer.
La mujer, tanto soltera como casada, se convierte en depositaria de la HONRA de la familia, y entrega su voluntad a los padres hasta que llega el momento de ofrecérsela al marido. Han de ser sumisas (B.- “No le debes preguntar. Y cuando te cases, menos. Habla si él habla y míralo si te mira. Así no tendrás disgustos.”) y, de no serlo, se las condena (caso de Paca la Roseta y la hija de la Librada).
El rol femenino conllevaba estar recluida en el ámbito doméstico (coser: B.- “Hilo y aguja para la hembra.
Látigo y mula para el varón”), tener
un comportamiento público inmaculado e
intachable y velar porque las
apariencias morales no se vean nunca en tela de juicio. El rol masculino, sin
embargo, posee muchos más beneficios: en ellos tener impulsos sexuales está
aceptado (la misma Poncia da dinero a su hijo para que haga uso del cuerpo de una
prostituta), también pueden tener vida social fuera del ámbito doméstico (la taberna,
el campo, salir, tener amantes).
En este sentido, la idea que se puede extraer de la obra es que toda sociedad desigual que impide la realización del ser humano castrando sus legítimos deseos de felicidad, genera un odio que termina en cualquier momento desencadenando violencia y tragedia.
5. LOS PERSONAJES
MAGDALENA: es la primera hija del segundo
matrimonio y tiene 30 años. Su nombre tiene una clara relación con la Magdalena
evangélica, pues aparece llorando ya en su primera intervención y recibe la
reprimenda de su madre (“Magdalena, no
llores; si quieres llorar, te metes
debajo de la cama. ¿Me has oído?”). Antes de ello, la Poncia y la Criada
nos dicen que “en el primer responso se
desmayó la Magdalena”, porque “era la única que quería al padre”.
Magdalena actúa como la hermana mayor, lo que la lleva a tener algún
encontronazo con Angustias, su hermanastra. A diferencia de sus hermanas,
Magdalena muestra un carácter menos
apasionado y enamoradizo. Solo dice de Pepe el Romano que es “un
hombre tan guapo” e invita a sus hermanas a verlo cuando la Criada anuncia
que “viene por lo alto de la calle”.
Por el contrario, Magdalena añora la
infancia, a la que vincula la libertad y la alegría, frente al tiempo que
le ha tocado vivir y que acepta con dolor, a
través del llanto.
AMELIA: La tercera hija es Amelia, mujer
de 27 años. Amelia es el personaje menos marcado de toda la familia. Sus
intervenciones aparecen para apaciguar los ánimos cuando hay tensión entre
sus hermanas. Actúa también como
confidente de Martirio, pero su inocencia la lleva a no entender la intención
oculta en lo que le dice su hermana.
Tampoco demuestra Amelia deseo por Pepe el Romano, pues, como ella misma dice:
“¡A mí me da vergüenza de estas cosas!”. Amelia se resigna a su sino de permanecer en casa como ordena su madre, y
solo muestra un pequeño gesto de disconformidad
cuando se niega junto a Magdalena a estar bordando para los futuros
hijos de su hermana Angustias. Prueba de su carácter resignado y tímido es que no dice nada en la última
escena (“Aparece Amelia por el fondo, que mira aterrada con la cabeza sobre la
pared”).
MARTIRIO: tiene 24 años y, como su nombre
indica, encarna el sufrimiento. Martirio sufre
porque es, como dice la Poncia, “enamoradiza”,
pero no ha podido casarse aún y eso acrecienta en ella el dolor, el resentimiento y la envidia (roba la
fotografía de Pepe el Romano, de quien también está secretamente enamorada y vigila de cerca
a Adela). No muestra sus sentimientos de rebelión fácilmente, bien al contrario, complace a
su madre (le da
su abanico en el duelo, no se queja delante de ella o justifica que el robo del
retrato no fue sino una broma). Sin embargo, los deseos contenidos se le van a emponzoñar dentro (“es un pozo de veneno” en palabras de
la Poncia), y dejará de ver a su hermana
como tal para enfrentarse abiertamente a ella: Martirio es quien
propicia, con su mentira, que Adela se
suicide (“Se acabó Pepe el Romano”).
Consigue que su hermana, más decidida y valiente, haga lo que ella no se
ha atrevido a hacer (“Tú querías, pero
no has podido”). Con la muerte de Adela parece que la envidia termina, pero no
es así. El castigo de Martirio es seguir envidiando en su hermana algo
que ella ya no va a tener, la dicha de
haber gozado del hombre que
amaba (“Dichosa ella mil veces que lo pudo tener”).
ADELA: es la hija menor de Bernarda
Alba, tiene 20 años y representa el
ansia de libertad y la rebeldía. Su
nombre significa “de naturaleza noble” y tiene que ver con su actitud franca
durante toda la obra. Ya desde el primer
momento se muestra distinta a sus hermanas cuando le ofrece un abanico de colores a su madre, que esta rechaza
violentamente. Después, se pone el vestido verde que había confeccionado para ir a la feria, lo que
asusta a sus hermanas, de luto riguroso que ella dice no estar dispuesta a
soportar, que le ha llegado “en la peor época de mi vida para pasarlo”. Por ello proclama su deseo y su derecho a salir. Está
enamorada de Pepe el Romano, por eso su actitud es completamente contraria a la
de sus hermanas cuando se entera de la
boda de Angustias con él. Lo que en las otras es cotilleo y curiosidad, en
Adela es tristeza y rabia. Su rebeldía
le hace enfrentarse a la autoridad y al convencionalismo:
- Se enfrenta a Martirio:
Adela.– No a ti, que eres débil;
a un caballo encabritado soy capaz de poner de rodillas con la fuerza de mi dedo meñique.
- Se enfrenta a la Poncia:
Adela– ¡Pues me oirás! Te he
tenido miedo. ¡Pero ya soy más fuerte que tú!
- Se enfrenta a su madre:
Adela.– (Haciéndole frente).
¡Aquí se acabaron las voces de presidio! (Adela arrebata un bastón
a su madre y lo parte en dos). Esto hago yo con la vara de la dominadora. No dé
usted
un paso más. En mí no manda nadie más
que Pepe. […] ¡Nadie podrá conmigo!
Sin
embargo, enfrentarse a la autoridad, a la moral y a los valores establecidos tiene un precio. Adela está dispuesta a
llevar esa “corona de espinas”, pero le
cuesta la vida, aunque es la única de las hermanas que puede decir que ha
vivido libremente su amor:
Adela.–
Esto no es más que el comienzo. He tenido
fuerza para adelantarme. El brío y el mérito que tú no tienes.
He visto la muerte debajo de estos
techos y he salido a buscar lo que era mío, lo que me pertenecía.
MARÍA JOSEFA: es la madre de
Bernarda, tiene 80 años y es un personaje muy especial, pues en ella se mezclan
genialmente la demencia con la verdad
absoluta, haciendo uso de un lenguaje cargado de fuerza y lirismo. Pone de
manifiesto el conflicto dramático,
los deseos de las hijas: salir y ser libres con sus dos intervenciones (al
final del primer acto y antes del final
del tercero). Pero a la vez que pone voz
a los deseos de sus nietas, María Josefa es también oráculo de la verdad,
quien anuncia proféticamente todo lo que va a suceder;
María Josefa.– Bernarda, ¿dónde está mi mantilla? Nada de lo que tengo quiero que sea para vosotras. Ni mis anillos ni mi traje negro de moaré. Porque ninguna de vosotras se va a casar. ¡Ninguna! […] Ya que aquí los hombres huyen de las mujeres.
Bernarda.– ¡Calle usted, madre!
María Josefa.– No, no me callo. No quiero ver a estas mujeres solteras, rabiando por la boda, haciéndose polvo el corazón.
María Josefa.– Pepe el
Romano es un gigante. Todas lo queréis. Pero él os va a devorar porque vosotras sois granos de trigo. No granos de trigo. ¡Ranas sin lengua!
PEPE
EL ROMANO, el prometido de Angustias y pretendido por Adela
y Martirio. Es descrito en la obra como un hombre atractivo, Magdalena dice de
él que “tiene veinticinco años y es el mejor tipo de todos estos contornos”. Representa también el deseo, pero no solo eso. Se dice de él que se
mueve por interés, por el dinero de
Angustias; es decir, que no actúa honradamente, porque después de hablar con
Angustias (cada vez menos, como se hace notar en la obra) se encuentra con
Adela y tiene relaciones sexuales con ella. Pepe el Romano es “un gigante” y
“un león” que no aparece en escena nunca (de él solo se oye un silbido) y, sin
embargo, está omnipresente en conversaciones y pensamientos. Es el catalizador
de todas las fuerzas encerradas en la casa y el causante de que se consume la
tragedia en la familia de Bernarda Alba.
LA
PONCIA: es la vieja criada
de la casa. Tiene, como Bernarda, 60 años y lleva toda la vida con ella. Su
nombre nos remite al personaje bíblico (Poncio Pilatos) que se lava las manos sin intervenir en el juicio. Su papel en la casa es muy
particular, pues es como de la familia, salvo cuando Bernarda le recuerda cuál
es su sitio (“Eso es lo que debías hacer.
Obrar y callar a todo. Es la condición de los que viven a sueldo”). La Poncia sirve
de contacto entre los personajes de la casa y el mundo exterior (lleva
limonada a los hombres del duelo, pone en conocimiento de Bernarda todos los
chismes del pueblo, compra polvos cosméticos para Angustias…). Pese a la aparente relación de confianza, la
Poncia muestra otra cara, la del rencor
y el desapego hacia su ama y sus hijas. Al principio, le cuenta a la Criada
que desea recriminar a Bernarda y estarle “escupiendo un año entero”,
“hasta ponerla como un lagarto machacado
por los niños, que es lo que es ella y toda su parentela”. Más adelante, le
dice a Adela que “no os tengo ley a
ninguna, pero quiero vivir en casa decente. ¡No quiero mancharme de vieja!”. La
Poncia está al tanto de todo lo que ocurre en la casa, como se demuestra en sus
conversaciones con la criada, e intenta ponerle
remedio en ocasiones, hablando abiertamente con Adela e insinuando lo que
pasa a Bernarda, pero de ambas recibe
una respuesta poco agradecida y amable. Es quien descubre el cuerpo sin
vida de Adela y quien permanece con la
familia hasta el final, pues, como dice al principio (“yo soy buena perra”).
LA CRIADA: Aparece al principio
para manifestar rencor hacia la familia en la que sirve (Bernarda apenas le da
para comer y no la deja descansar; su marido y amo le "levantaba las enaguas detrás de las puertas
del corral"). Se muestra altanera con la Mendiga, a la que desprecia por ser más pobre aún que ella, e
hipócrita cuando llegan las mujeres del duelo haciendo un planto por Antonio María Benavides, a quien
había deseado poco antes que se fastidiara.
LAS MUJERES: que acuden al
duelo (aunque en sus palabras entre
dientes se ve que su relación con Bernarda no es buena y que van "por cumplir" con el difunto) y Prudencia, que aparece en el tercer
acto y que hace honor a su nombre, pues
se trata de una mujer que no quiere complicaciones familiares y que hace una
visita de cortesía antes de la boda de
Angustias. A través de la escena con ella sabemos de costumbres como
regalar un anillo para la pedida de
mano, que derramar sal trae mala suerte o qué es un armario de luna o un arca.
LOS HOMBRES: se mencionan en la
obra, puesto que no aparece ninguno en la escena: Antonio María Benavides es el
difunto marido de Bernarda, cuyo entierro da inicio a la obra; los hombres del
duelo quedan en el patio y ofrecen dinero a Bernarda para responsos; a la casa entran don Arturo, para
hacer las particiones por la herencia, y el hombre de los encajes, para el
ajuar de las hijas. Más importantes son los
segadores, cuyas voces aparecen en el
acto 2 y despiertan vivamente el deseo de las hijas de Bernarda, movidas
además por la descripción que de ellos hace la Poncia, quien alude además a sus
necesidades sexuales. Los mozos jóvenes
son un símbolo de un deseo genérico e inconcreto.
6. EL TIEMPO
La obra se sitúa en un tiempo indeterminado, se supone que contemporáneo al autor (principios del siglo XX), aunque no hay referencias directas a la época salvo las que aluden a las costumbres de los personajes.
Sabemos que es verano, un
tiempo caluroso que condiciona la forma de actuar de las hijas de Bernarda
creando un clima asfixiante y agobiante.
Cada acto sucede en un período
distinto del día: mañana (acto 1); tarde (acto 2); noche (acto 3); pero no del
mismo día, sabemos que hay elipsis temporales entre acto y acto. Por
ejemplo, en el segundo acto, ya están preparando las sábanas para el ajuar y
Angustias lleva un tiempo viéndose con Pepe, aunque después este se queda con
Adela más tiempo; otro ejemplo es que,
cuando se oye la persecución a la hija
de la Librada, Adela se toca el vientre, dando a entender que podría estar
embarazada. Más adelante, en el tercer acto, se
nos anuncia que faltan tres días para la boda de Angustias y que ya se han comprado
los muebles. Así pues, observamos que han
pasado semanas o incluso algún mes, pero solo se representan tres momentos en
escena como si fueran partes de un solo
día. Esta técnica dramática (la de la elipsis temporal o el tiempo no
representado) sirve a García Lorca para
dar unidad a la obra.
7. EL ESPACIO
En el espacio podemos diferenciar entre:
a) Espacio VISIBLE, CERRADO (LA CASA): se identifica con el “infierno”, con un “presidio” o un “convento”, todos lugares cerrados donde no hay libertad posible ni comunicación con el exterior. Dentro de ella, el corral es el único espacio que puede comunicar con el exterior y es, precisamente allí, donde se producen los encuentros amorosos de Adela y Pepe. El color blanco destaca como protagonista del espacio doméstico, son las paredes blancas (“blanquísimas”- acto 1); (“habitación blanca”- acto 2); (“Cuatro paredes blancas ligeramente azuladas del patio interior”- acto 3); de alguna forma, el blanco simboliza el orden impuesto por Bernarda que va resquebrajándose y haciéndose menos “inmaculado” conforme las tensiones avanzan.
b) Espacio ALUDIDO, ABIERTO (EL EXTERIOR): Representa la libertad y el deseo. Es nombrado como “la orilla del mar” (adonde quiere escapar María Josefa); “los juncos de la orilla” (donde metafóricamente Pepe lleva a Adela a beber); los campos (donde quieren huir Adela o Magdalena); el olivar (donde la libertad amorosa está presente como con Paca la Roseta). El pueblo, sin embargo, sería el símbolo de la moral y las convenciones sociales, un lugar en el que se toma la justicia por su mano si alguien trasgrede las normas. Aunque tanto el pueblo como Bernarda participan de la misma rigidez tradicional marcada por el "miedo al qué dirán", Bernarda, paradójicamente, odia y desprecia al pueblo.
8. ESTILO Y TÉCNICA DRAMÁTICA (LENGUAJE)
I. Diferenciamos entre el texto dramático primario (lo que los espectadores escuchan):
a)
Los apartes: palabras que dice un
personaje pero que no son percibidas por su interlocutor. No son muy frecuentes
en la obra. Solo aparecen cuando las mujeres del duelo murmuran entre dientes a
propósito de la actitud de Bernarda y
cuando Martirio repite con intención las palabras de Amelia en referencia a
Adela (“Eso, ¡eso!, una mulilla sin
desbravar”). Se emplean en la obra exclusivamente para insultar a otros
personajes.
b)
Los monólogos: para mostrar al
público el pensamiento de un personaje. Tampoco son muy
frecuentes. Aparece en el acto 1, cuando la
Criada se queda sola tras marchar la Poncia, lo que nos permite conocer cómo se
siente y su relación con el difunto
esposo de Bernarda y, en cierto modo, en el acto 3, en la canción de María
Josefa cuando Martirio la lleva de vuelta a su cuarto (porque, aunque le hable
a la oveja, está hablando sola, algo propio de una mujer que no está en sus
cabales).
c)
Los diálogos: Suponen un intercambio de información entre dos o más
personajes. Los diálogos son fluidos y
vivos, con intervenciones seguidas y réplicas cortas, lo que confiere a la
obra un carácter natural. En los personajes de Bernarda y Adela las intervenciones son más
cortantes, secas, enérgicas y con cierta violencia verbal (hay un predominio
de la modalidad imperativa). En general, en el habla de los personajes conviven
rasgos del registro coloquial con otros propios de un lenguaje poético:
A)
Registro coloquial:
- Coloquialismos e incluso
algún vulgarismo. La Poncia es el mejor ejemplo de este tipo de lenguaje (“¡Mal dolor de clavo le pinche en los
ojos”, “la quedan cinco mujeres”, “tiene dineros”, “da gloria oírlo”, “Sentarse”, “¡Descolgarla!”…)
-
Sentencias populares, refranes y frases
hechas (“pan y uvas por toda
herencia”, “Más vale onza en el arca que ojos negros en la cara”, “Por un oído me entra y por otro me
sale”, “mosca muerta”, “Santa Bárbara bendita, que en el cielo estás escrita
con papel y agua bendita”, “Mira a ver
si puedes agarrar la liebre con tus manos”).
B) Lenguaje poético (figuras literarias):
- Metáforas (“qué pedrisco de odio habéis echado sobre
mi corazón”, “Con la cabeza y las manos
llenas de ojos”, “Si en esta casa
hubiera hierbas, ya te encargarías de traer a pastar las ovejas del vecindario”,
“Sembradura de vidrios”); identificación de la casa con un “presidio”,
“infierno”, “una guerra”.
- La comparación o símil: (“He sido
como arrastrada por una maroma”, “Déjame
que el pecho se me rompa como una granada de amargura”).
- Hipérboles: PONCIA.- "Era la una de la madrugada y salía
fuego de la tierra”. MARTIRIO.-"Siegan entre llamaradas”. (metáforas hiperbólicas del
calor).
-Inclusión de pequeños poemas:
como el canto de los segadores o la nana de María Josefa.
EL AGUA |
Si fluye (mar o río) simboliza la vitalidad, el erotismo, la
fecundidad, la alegría del deseo sexual satisfecho. Si el agua está estancada
(pozo) simboliza la muerte o la crítica. |
CABALLO “GARAÑÓN” |
El deseo sexual, la pasión amorosa indomable (golpes pared) y es de
color blanco además (vida, libertad) |
EL BASTÓN |
Autoridad (lo rompe Adela al final porque ya no acepta la autoridad
materna sino la de su amante) |
LUNA |
Varias cosas: muerte, erotismo, fecundidad, belleza. |
EL CALOR |
Represión, intensifica la fatalidad. |
LOS COLORES |
BLANCO: vida, libertad, fecundidad (caballo, espuma del mar,
ovejita) NEGRO: Tristeza, muerte, pena, desgracias. VERDE: Rebeldía, muerte, erotismo. |
OVEJA |
Niño, la felicidad / el sacrificio. |
SOL |
Vida, alegría. |
II. El
texto dramático secundario son las acotaciones (indicaciones que deja el autor para su posterior puesta en
escena).
Informan sobre el decorado, el vestuario, la intención comunicativa del personaje
(gestos, tono de voz, movimientos), la salida y entrada de personajes,
indicaciones temporales, etc.
POSIBLES PREGUNTAS 5b
Indique en qué parte de la obra se localiza el fragmento y comente dos rasgos, apoyados en ejemplos del texto, característicos de la dramaturgia de Lorca.
Comente cómo está reflejado el
tema de... (ejemplos: el clasismo, la moral tradicional, el conflicto entre autoridad y libertad…) en este fragmento y encuentre al menos dos
episodios más en la obra que sirvan como ejemplo de este tema.
Comente todo lo que conozca sobre
el personaje de (por ejemplo, Pepe el Romano) y explique la simbología con que han sido
utilizados los colores (verde y blanco) en el fragmento.
Explique la importancia del
espacio en este fragmento y comente alguna otra escena de la obra en la que el
espacio posea protagonismo como elemento escénico.
Explique la idea de libertad
presente en la obra y relacione dicha idea con el personaje de María
Josefa.
Explique dos rasgos
característicos de la dramaturgia de Lorca presentes en este fragmento. (el punto que hemos llamado guía “estilo y técnica dramática”).
Localice el fragmento dentro del
conjunto de la obra y explique dos rasgos característicos de la dramaturgia de
Lorca presentes en este fragmento.
Comente la relación de este
fragmento con la temática/ idea de la pasión amorosa y explique las
características más destacadas del personaje de Adela.
Relacione el tema de la
imposición de la autoridad con este fragmento y comente un símbolo presente en
el texto que lo represente.
Comente la relación de este
fragmento con el final de la obra y relacione los hechos de este texto con
el tipo de género dramático al que pertenece.
Relacione el fragmento con el
tema de la injusticia social y explique el papel de La Poncia como personaje.
Localice el fragmento dentro del
conjunto de la obra y comente la relación que se establece entre Adela y el
contenido de este fragmento.
Comente brevemente la figura de
Bernarda. Haga lo mismo con la figura de Angustias.
Comente brevemente las figuras de
Adela y Martirio. Señale alguna escena protagonizada por ambas
Señale los personajes
protagonistas de La casa de Bernarda Alba y comente brevemente el sentido de la
obra en la España de la época.
Indique en qué parte de La casa
de Bernarda Alba se localiza este fragmento y explique con qué otra escena de
la obra se relaciona.
Comente qué simboliza (el
caballo, la luna, el agua, los colores…) en la obra y resuma una escena en la
que se puede observar su protagonismo.
Señale la relación entre el
título de la obra La casa de Bernarda Alba y su contenido;
haga un breve resumen del primer acto.
Comente la importancia del luto y
el valor simbólico del blanco y el negro en La casa de Bernarda Alba.
En resumidas cuentas, las preguntas podrán pedir:
- Explicación del TÍTULO de la obra
- Explicación de algún rasgo CARACTERÍSTICO DE LA DRAMATURGIA de Lorca (en general o concretando con el texto).
- Hablar de algún PERSONAJE determinado (su evolución o su relación con otros
- RESUMIR parte de la obra Comentar UN TEMA que aparezca en el fragmento o un tema en general.
- Comentar algo sobre EL ESPACIO de la obra.
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