viernes, 1 de septiembre de 2023

Guía de lectura de El cuarto de atrás

CARMEN MARTÍN GAITE

Carmen Martín Gaite

Carmen Martín Gaite (Salamanca, 8 de diciembre de 1925 - Madrid, 23 de julio de 2000) se licencia en Filosofía y Letras en la Universidad de Salamanca, donde tiene su primer contacto con el teatro participando como actriz en varias obras. 

En 1950 se traslada a Madrid y conoce a Ignacio Aldecoa, que le introduce en el círculo literario que acabaría conociéndose como Generación del 55 o Generación de la Posguerra.

En 1955 publica su primera obra, El balneario, y obtiene por ella el Premio Café Gijón. Dos años más tarde, recibe el Premio Nadal por Entre visillos.

Tras escribir varias obras de teatro, como A palo seco (1957) o La hermana pequeña (1959), continúa con la narrativa con Las ataduras (1960), Ritmo lento (1963) y Retahílas (1974), entre otras novelas. Se doctora en 1972 presentando en la Universidad de Madrid su tesis Usos amorosos del XVIII en España. En 1976 recopila su poesía en A rachas y dos años después hace lo propio con sus relatos en Cuentos completos. A lo largo de su amplia trayectoria literaria aborda todos los géneros: escribe narrativa, poesía, teatro y ensayo.

Paralelamente, ejerce como periodista en diarios y revistas como Diario16, Cuadernos hispanoamericanos, Revista de Occidente, El País, El Independiente y ABC, en los que se dedica a la crítica literaria, y traducción.

Con El cuarto de atrás obtiene en 1978 el Premio Nacional de Literatura, convirtiéndose así en la primera mujer en obtenerlo. Le siguen una larga lista de prestigiosos galardones: el Príncipe de Asturias en 1988, el Premio Nacional de las Letras en 1994, la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes en 1997 y la Pluma de Plata del Círculo de la Escritura en 1999, entre otros.


EL CUARTO DE ATRÁS 


ARGUMENTO POR CAPÍTULOS

1. El hombre descalzo

La protagonista no puede dormir y se levanta en la oscuridad en una habitación que es un caos. Tropieza y tira unos libros, uno de ellos sobre literatura fantástica de Todorov. Encuentra una carta de amor, que imagina que es de un hombre desconocido. Cae dormida sobre la carta. En el comienzo se nota ya la característica narración en primera persona muy descriptiva, lenta, con metáforas y en presente.

 

2. El sombrero negro

En una noche de lluvia torrencial, un hombre llama para recordarle que tienen una entrevista. Carmen baja a abrirle y entra en casa. Hablan de distintas cuestiones sin sentido. Ella es escritora, está algo sorda y no recuerda los folios que hay en la máquina de escribir. Siente como si en la habitación, de repente, se hubieran producido cambios. La presencia del interlocutor provoca distintas reflexiones y recuerdos en la autora. Le habla de sus viajes (a Coimbra o al balneario de Cabreiroá) y recuerda los bombardeos de la Guerra Civil en Salamanca (en ese momento tiene 10 años). También menciona el día en el que vio a Franco. Incluye reflexiones sobre el cuarto de atrás, que parece un lugar real donde refugiarse de la realidad y ser niña en libertad, pero también parece que alude a él como un lugar en la memoria en el que se encuentran los recuerdos más antiguos e insólitos. Hace alusión al Premio Nadal. Recuerda el momento en el que lo consigue y este recuerdo da lugar a descripciones sobre costumbres en el peinado de su infancia (vuelve a los diez años). Martín Gaite ganó el Premio Nadal, pero no fue la primera mujer. "Recuerdo que cuando le dieron el primer premio Nadal a una mujer, lo que más revolucionario me pareció, a parte del tono desesperanzado y nihilista que inauguraba con su novela, fue verla retratada a ella en la portada del libro. Hace algunas reflexiones sobre lo que supuso la guerra para las familias de su entorno: "Podría decirle que la felicidad en los años de guerra y posguerra era inconcebible, que vivíamos rodeados de ignorancia y represión, hablarle de aquellos deficientes libros de texto que bloquearon nuestra enseñanza, de los amigos de mis padres que morían fusilados o se exiliaban, de Unamuno, de la censura militar, superponer la amargura de mis opiniones actuales a las otras sensaciones que esta noche estoy recuperando”. Hablan también de literatura, en concreto, de novela de misterio. Al final del capítulo, él la invita a entender la literatura como un laberinto en el que perderse con una curiosa alusión a las cucarachas.

 

3. Ven pronto a Cúnigan

Se levanta para preparar té y en la cocina recuerda su niñez y la canción Ven pronto a Cúnigan. En esta etapa del libro hace un retrato de la sociedad de posguerra con sus modistas y costureras. Compara Madrid y Salamanca en torno al cine y el teatro y se refleja el espíritu de la niña de provincias que admira cada detalle de la capital. También recuerda a su madre: "Le encantaba, desde pequeña, leer y jugar a juegos de chicos, y hubiera querido estudiar una carrera, como sus dos hermanos varones, pero entonces no era costumbre, ni siquiera se le pasó por la cabeza pedirlo”. Lo va recordando todo mientras está en la cocina. Cúnigan es el lugar imaginario que simboliza las ansias de libertad de la protagonista, que siente un gran interés por lo desconocido, por la libertad, esa libertad que asocia a Cúnigan.

 

4. El escondite inglés

Cuando empieza a servir el té, advierte que hay 79 páginas bajo el sombrero negro que no recordaba. Habla del paso del tiempo y la memoria. Compara el paso del tiempo con el juego del escondite inglés: "Porque es un poco así, el tiempo transcurre a hurtadillas, disimulando, no le vemos andar. Pero de pronto volvemos la cabeza y encontramos imágenes que se han desplazado a nuestras espaldas, fotos fijas, sin referencia de fecha, como las figuras de los niños del escondite inglés, a los que nunca se pillaba en movimiento”. Surge otra comparativa entre los juegos de su infancia y los de su época de adulta. Han cambiado porque las calles se han llenado de coches y aparcamientos y ya no hay espacio para los juegos en la calle. De este pensamiento a otro recuerdo. Cuenta cómo requisaron el coche de sus padres antes de la guerra. Unos años después, se lo devolvieron en Burgos, pero en mal estado. Hasta allí viajaron su padre, su tío, su prima y ella. Alojada en la habitación de un hotel en compañía de su prima muestra sus ansias de libertad: “y aquella apelación a los sueños se convirtió en pecado vergonzoso”. En este capítulo, el hombre saca una cajita dorada y le ofrece a Carmen unas pastillas para la memoria. Se da cuenta de que cosas que pensaba que le había contado al hombre, solo las había pensado. Hace algunas reflexiones sobre Franco: "Y fueron pasando los años y siempre su efigie y solo su efigie, los demás eran satélites, reinaba de un modo absoluto, si estaba enfermo nadie lo sabía, parecía que la enfermedad y la muerte jamás podrían alcanzarlo. Así que cuando murió, me pasó lo que a mucha gente, que no me lo creía..." En este capítulo también dedica unas palabras a la copla, género musical de moda y que cantaba el motivo de la tristeza de las mujeres junto con otros tópicos de la época. Además, menciona el cuento de Barba azul, en el que una mujer encuentra una habitación donde su marido esconde los cadáveres de sus anteriores esposas. Le habla al invitado de retomar una novela de recuerdos y relaciones antiguas. Suena el teléfono y el hombre de negro le advierte que puede ser para él, pero que diga que ya se ha ido.

 

5. Una maleta de doble fondo

 Al otro lado del teléfono habla una mujer que pregunta por Alejandro, el extraño visitante. Parece que es su mujer, Carola, que llora por su marcha. Ha descubierto cartas que le ha escrito C. pero ella (Carmen) no recuerda haberle escrito. Algo sucedió en Galicia entre Alejandro y la protagonista, que la interlocutora conoce. Un hombre irrumpe en la casa de Carola. Como consecuencia, la conversación finaliza de forma abrupta y Carmen no termina de conocer los detalles de la carta.

 

6. La isla de Bergai

 Retoma sus recuerdos juveniles y los relaciona con la inventiva de Robinson Crusoe ante la necesidad. En este capítulo se justifica el título del libro, ya que desvela la existencia del cuarto de atrás en su casa familiar de Salamanca, una habitación de juegos de su niñez que dejará de serlo cuando tiene que ser utilizado como despensa durante la guerra. Su amiga y ella inventaron en esta habitación la isla de Bergai, para refugiarse cuando tenían problemas y escribir sus diarios.

 

7. La cajita dorada

 Desaparece el hombre de negro. Carmen despierta en la cama cuando aparece su hija. Hay restos de la visita del hombre de negro (los vasos del té y la cajita dorada). Reaparecen elementos que ya salieron al comienzo como la carta azul, la cucaracha o las estrellas. Donde estaba el libro de Todorov, hay ahora 182 folios escritos, la novela El cuarto de atrás.


¿QUÉ INTERPRETACIÓN SE LE PUEDE DAR AL TÍTULO?

El cuarto de atrás es, en su origen, un espacio físico. Se trata de la habitación de juegos de la niñez, donde no había más reglas que las marcadas por la libertad, el caos, la fantasía y la diversión. Ese espacio lúdico desaparece durante la guerra pues se convierte en despensa. Este paso de lo lúdico a lo útil, de lo ideal a lo real, representa el paso sin transición de la infancia a la madurez. El cuarto de atrás es el paraíso perdido de la autora. 

Con el tiempo, este espacio se vuelve simbólico, y representa, además de la pérdida de la infancia, el refugio en el que la autora se aísla de la realidad cuando las circunstancias la sobrepasan. En la novela podemos reconocer hasta cuatro lugares distintos asociados a ese cuarto: el dormitorio, el cuarto de juegos, el cuarto de la casa, el espacio interior (que ocupa el mundo evocado de su infancia y juventud y, en general, el refugio en el que busca protección ante la vida. Es, en palabras de la autora, el “desván del cerebro”, que, en términos freudianos, podríamos relacionar con el subconsciente. En el cuarto de atrás duermen los recuerdos y los secretos que conforman la historia personal de la narradora-protagonista.


¿CÓMO SON LOS PERSONAJES?

Los personajes que aparecen en la novela son varios. No obstante, conviene distinguir dos grupos: aquellos que intervienen en la acción principal y aquellos a los que se alude. En líneas generales, los primeros se encuentran en el momento presente (sea este real o imaginado). Los segundos pertenecen al plano de los recuerdos, al pasado. 

Dentro de los personajes que intervienen en la noche y madrugada en las que se sitúa temporalmente la obra destacan: 

La narradora-escritora: es la protagonista de la obra, quien revela su identidad progresivamente. Se caracteriza por la necesidad de “fugarse” de la realidad que la rodea y que explica su refugio en la literatura, que le ofrece la posibilidad de cuestionar su propia persona y el mundo en el que habita. La protagonista no juzga desde su época actual los sucesos que aparecen en sucesivas divagaciones, sino que se limita a reflexionar desde su experiencia personal, de ahí la originalidad de sus observaciones. Otras características son su rechazo a los trabajos domésticos, tradicionalmente asignados a la mujer, y su renuncia a la obligación social de estar siempre impecable. Destacamos, para finalizar, su desdoblamiento, tal y como se vislumbra en el diálogo interior que mantiene en la cocina al comienzo del capítulo tres con su yo del pasado reflejado en el espejo, que le recrimina las labores domésticas que continúa desempeñando en su edad madura. 

El hombre de negro: aparece en el segundo capítulo de la novela por primera vez. Este personaje representa la figura del interlocutor idealizado, quien gracias al diálogo ayuda a la narradoraprotagonista a construir, poco a poco, la memoria que con tanto deseo busca. El interlocutor formula preguntas, pero no lleva guion; simplemente se encarga de hacer posible la conversación, que surge de forma natural. Es el personaje más complejo. 

Carola: la compañera sentimental de Alejandro se presenta en el capítulo quinto. A través de ella conocemos el carácter de Alejandro, un “machista” y un “Barba Azul” que guarda celosamente sus secretos y no tiene reparos en maltratarla si esta lo desobedece. Este personaje puede interpretarse como alter ego de la protagonista, ya que, frente a esta, Carola se atreve a vivir el amor con toda su intensidad a pesar del dolor que ello supone. 

Hija: representa la mujer de la época (finales de los años setenta), ya que, a diferencia de la protagonista, puede salir de noche y ser acompañada sin miedo a las habladurías. 

El grupo compuesto por los personajes a los que la narradora-escritora alude pertenece al pasado, a sus recuerdos, que surgen de ese cuarto de atrás. La mayoría interviene en aquellos momentos en los que la protagonista nos ofrece su versión de los hechos. Este grupo de personajes es muy numeroso, aunque, por su importancia destacaremos al padre, la madre, la hermana, la amiga de la infancia, amores de infancia y juventud y personajes literarios.


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